viernes, 9 de noviembre de 2012

Con mucha inteligencia


La pareja de Marcos y Paloma en algún momento de su breve historia comenzó a hacer agua, como en tantos otros casos el joven matrimonio descubrió que era incompatible, sus proyectos, sus expectativas, hasta sus hábitos cotidianos apuntaban en direcciones opuestas; y pese a empecinarse en tratar de no aceptar lo evidente, la vida en común rápidamente les puso ante sus ojos la realidad. Por suerte aún no habían tenido hijos, algo que en cierta forma aligeraba la mochila de aquel fracaso, sólo compartían la crianza de un gato castrado al que llamaban Gorbachov y que, a decir verdad, apenas los necesitaba.

Una vez aceptado el problema, Marcos y Paloma decidieron continuar bajo el mismo techo hasta tanto consiguieran una nueva casa. En el sector de mantenimiento del banco donde trabajaba, Marcos consiguió una de esas cintas extensibles con pie para organizar las colas y –con mucha inteligencia- dividió los ambientes del PH para circular sin tener que cruzarse ni compartir los mismos espacios. Con esta barrera, cada cual podía moverse y a hacer uso de su medio baño, su media cocina, su media habitación, su medio living, sin incomodar al otro. Por supuesto, en algún momento el otro debía hacer uso de la parte que le quedaba afuera (quiero decir, el que tenía acceso al lavatorio y a la ducha del baño, por ejemplo, debía utilizar el inodoro y el bidet y viceversa), para ello dispusieron del lavadero como zona neutral en la que cada cierto tiempo hacían el intercambio.

Aquella medida un tanto atípica, permitió un tiempo de relativa calma. Paloma y Marcos no sólo no se entendían, ni siquiera hacían el mínimo esfuerzo por intentarlo. Entre otras cosas, ella le reprochaba el carácter débil, las intromisiones reiteradas de su suegra y cada salida fuera de la rutina, él la obsesión por las dietas, la obstinación de hablar y hablar sin parar con los taxistas y el hecho de que pusiese la radio encendida bajo la almohada a la hora de dormir. La cinta divisoria impedía el contacto físico, pero las pujas, los sarcasmos, las agresiones verbales iban en progresión.

Luego de sopesarlo, con mucha inteligencia decidieron que lo mejor sería dejar de hablarse. De común acuerdo, propusieron que a partir del jueves 17 de mayo, Día Internacional de las Telecomunicaciones, sólo podrían contactarse vía mensajes de texto, y para cuando los móviles no tuviesen señal, con una pizarra y marcadores podrían escribir alternadamente lo que tenían para decirse.

Hay que decir en favor de la pareja que tanto él como ella eran buena gente, generosos, amigos de sus amigos y desde el momento de su unión el PH había sido el lugar obligado de encuentro de un ruidoso grupo de camaradas: amigos de infancia, ex compañeros del secundario caían sin aviso y organizaban cenas, partidas de cartas, se juntaban a ver películas o a jugar al escrabel. En la actual situación, era comprensible que esa relación también se resintiese: ahora se veía llegar a los amigos, circular desorientados por uno u otro lado de la cinta, sin poder hablar con el que estaba del otro lado, o escribiendo extravagantes mensajes en una pizarra. Sin contar con el clima cargado de malas vibraciones que se respiraba en la casa. Poco a poco dejaron de ir a visitarlos y, con más tiempo para estar el uno con el otro, la situación entre Marcos y Paloma empeoró.

¿Se habrían equivocado tanto con aquel matrimonio? Los reproches de toda laya, que ahora se hacían por escrito o vía celular, iban en peligroso aumento, llegando al extremo de hacer insoportable el sólo contacto visual entre ambos. Volvieron a replantear la situación, con mucha inteligencia Marcos propuso la confección de una grilla horaria para estar siempre en distintos ambientes. De tal forma, aunque estuviesen ambos en la casa, no tendrían que verse. El cronograma estipulado fue el siguiente:

                                                  Paloma
Baño de 8 a 10 - de 12 a 14 - de 16 a 18 - de 20 a 22. Cocina: contra turno. Living de 8 a 10 - de 12 a 14 - de 16 a 18 - de 20 a 22. Patio contra turno. Habitación de 24 a 4.
                                                  Marcos
Baño de 10 a 12 - de 14 a 16 - de 18 a 20 - 22 a 24. Cocina contra turno. Living de 10 a 12 - de 14 a 16 - de 18 a 20 - 22 a 24. Patio contra turno. Habitación de 4 a 8.

Pero sirvió de poco y nada, la grilla era permanentemente infringida, en el trajín del día se pasaban de la hora, se olvidaban, se confundían los turnos. Lo más problemático era la utilización del baño y de la habitación, sin bañarse, mal dormidos, se propinaban cataratas de insultos, el fracaso los exasperaba. En la desesperación, a Paloma se le ocurrió la idea de reemplazar la cinta divisoria directamente por una pared, lo consultaron con un estudio de arquitectos que enseguida dio por tierra con el plan: una construcción irregular de esas características inevitablemente bajaría la valuación de la vivienda en el momento que quisieran venderla para dividir los bienes.

A esta altura, la situación se tornó irrespirable, en un silencio áspero y cargado se echaban terribles miradas de odio. Paloma desde la adolescencia tomaba clases de kick boxing, en dos oportunidades estuvo a un tris de saltar la cinta para golpear a su marido en el cuello y en las articulaciones. Previendo esa posibilidad, Marcos se había comprado un aerosol de gas pimienta que planeaba vaciar en los ojos de su mujer ante el menor amague. Era un escándalo, un verdadero papelón. ¿Debían llegar al extremo de comportarse como animales salvajes? ¿Acaso no eran personas normales, con una educación? (Marcos había completado el Colegio Comercial, Paloma tenía estudios terciarios en diseño de indumentaria), era absurdo llegar al punto de la violencia física. Algo tenían que hacer y debía ser drástico.

Con mucha inteligencia entonces Marcos recurrió a ese fenómeno físico omnipresente en la vida moderna e imprescindible en los hogares: la electricidad. Convocaron a un técnico que diseñó y distribuyó un denso cableado adherido a la cinta divisoria y conectado a un transformador de 3000 voltios. El otrora hogar de la pareja, quedaba ahora partido por una valla perimetral chisporroteante que, al tiempo de impedir cualquier agresión, invitaba por su misma peligrosidad a mejorar el trato y a recomponer mínimas pautas de convivencia.

No hubo tiempo, claro. Al enfrascarse en conflictos intensos, los seres humanos se obnubilan y muchas veces no reparan en los detalles; invirtiendo un transitado refrán: el bosque les impide ver el árbol, y eso, claro, tiene sus consecuencias. Sucedió que Margarita, la señora de la limpieza que asistía en la casa de la pareja tres veces por semana, y Gorbachov, el gato castrado, a las dos horas de instalado el sistema murieron electrocutados.

Fue una circunstancia penosa y a los efectos del relato los detalles sobran. Baste decir que el destino quiso que la pareja llegase junta de sus respectivos trabajos minutos después de los decesos, para terminar de apagar los cuerpos carbonizados y humeantes con un extinguidor de incendios.

Marcos y Paloma reportaron lo sucedido y se entregaron espontáneamente a las autoridades. Como se declararon culpables, fueron juzgados en un juicio abreviado y se los condenó a seis años de prisión efectiva por la muerte de la mujer, más seis meses adicionales por el óbito del gato.

Paloma hoy ocupa una celda en una cárcel de mujeres de Misiones y Marcos otra en el Penal de Ushuaia. ¿Un capricho de la burocracia penal? Nada de eso: fue en este caso el Servicio Penitenciario del Estado quien con mucha inteligencia se propuso alojarlos en dos unidades lo más distantes posible una de otra. Y otro dato importante, según los informes policiales Marcos y Paloma son reclusos ejemplares: evidentemente el problema radicaba en la vida en común.

Hace dos meses comenzaron a escribirse, largas y sentidas cartas donde reflexionan sobre lo sucedido. No son delincuentes, el sufrimiento los ha curtido, han madurado y planean rehacer sus vidas, por supuesto ya no como pareja, pero tal vez cuando salgan puedan encontrarse, aunque más no sea para tomar un café.

domingo, 21 de octubre de 2012

Revolú, comedieta patria en un acto (Parte 2)

Entra el CONCEJAL con dos urnas.

CONCEJAL: ¡Buenas!

DIRECTORA: ¿Qué hace acá?

CONCEJAL: Traigo las urnas para la votación del domingo.

DIRECTORA: Ahora, no.

CONCEJAL: No, claro, el domingo.

DIRECTORA: Digo que ahora no puede estar acá, señor, estamos en una reunión, por favor retírese.

CONCEJAL: Pero... ¿El Intendente no le avisó?

BELGRANO de golpe empieza a perseguir con la espada al PADRE B.

BELGRANO: ¡Usares y Dragones, por el flanco derecho a retaguardia!

PADRE B: ¡Socorro!

BELGRANO: ¡Deponga las armas, Goyeneche, o lo corto en rebanadas!

PADRE B: ¡Auxilio! 

BELGRANO: ¡No huya, cobarde!

MADRE A: ¡Sra. Directora, párelo, lo va a lastimar!

SECRETARIA: ¡General, por favor!

CONCEJAL (reparando en BELGRANO): Que extraño... El señor... Me resulta tan.. ¡Je!... No imposible.

DIRECTORA (intentando  llevarse al CONCEJAL): ¡Espere en la Dirección, hágame el favor!

BELGRANO (dejando de perseguir al PADRE B): Ni se le ocurra seguir la carrera militar, usted da pena (reparando en el CONCEJAL) ¿Y éste quién es, también va a actuar? Su nombre...

MADRE C (al CONCEJAL): Es el General Manuel Belgrano.

CONCEJAL: No, decía... Sabe que yo juraba... ¡Increíble!

BELGRANO (al CONCEJAL): ¿Está sordo? ¡Su nombre!

CONCEJAL: ¡Perdón! Américo Raúl García, Honorable Concejo Deliberante de Avellaneda. Es un gusto, General.

Le tiende la mano, BELGRANO la rechaza.

BELGRANO: ¡Funcionario!... Bien... ¿Trae los fondos que me prometió el Triunvirato?

CONCEJAL: No entiendo.

BELGRANO: ¡LOS FONDOS QUE ME DEBE EL TRIUNVIRATO, EL DINERO PARA LA CAMPAÑA, CAGATINTAS!....

CONCEJAL: No sé, nadie me dijo nada...

BELGRANO: ¿Entonces hicieron una transferencia, con qué banco operan?

CONCEJAL (angustiado): Me confunde, le juro que no estoy al tanto. Lo puedo comunicar con el secretario de finanzas de la intendencia si usted quiere...

BELGRANO (dirigiéndose a los padres) ¡Atención batallón, señoras, acérquense un momento, por favor! Aquí este secuaz de poder central nos va a dar una lección de ciudadanía: ¿A ver, cagatintas, díganos cuál es su cargo?

CONCEJAL: Concejal

BELGRANO: Sueldo

CONCEJAL: ¿Cómo dice?

BELGRANO: ¡SUELDO, DIETA, CUANTO COBRA!

CONCEJAL: Diez mil quinientos... m-más bonificación por desarraigo, plus por pasajes y gastos reservados.

BELGRANO: ¡Diez mil quinientos más bonificación, plus y gastos por no sé cuánto!... ¿Y qué hace?

CONCEJAL: No entiendo.

BELGRANO: ¿CUÁL ES SU TRABAJO, PARA QUE SIRVE, CARAJO?

CONCEJAL: A-asesoro

BELGRANO: ¿Asesora?... ¡Atención: mientras nosotros dejamos la vida  en sostener las fronteras indecisas de la patria, sin pertrechos, sin comida, alejados de nuestros afectos, acá nuestro heroico cagatintas asesora!

CONCEJAL: Lo que gano figura en mi declaración jurada, General, le juro que...

BELGRANO: ¡Cállese!  Aquí está el enemigo más peligroso, señores, el enemigo de adentro, el traidor a su pueblo, a su gente y a los principios sagrados de la Revolución...

PADRE A y PADRE B, se le van encima al CONCEJAL.

PADRE A: ¡Vendepatria!

PADRE B: ¡Corrupto! ¡Ladrón!

CONCEJAL: ¿Qué hacen? ¡Suéltenme!

BELGRANO: ¡Doscientos azotes y al calabozo!

SECRETARIA: ¡General, por favor!

BELGRANO: Está bien, está bien muchachos, es sólo un ejercicio de improvisación, estoy buscando a los personajes. De todas formas ustedes no atemorizarían ni a un paralítico (solemne) Igual, la patria tiene hijos que sostendrán su causa y que primero perecerán a ver usurpados sus derechos.

SECRETARIA (volviendo a entregarle el libreto): No hay mucho tiempo ¿Por qué mejor no se concentra en sus parlamentos? 

BELGRANO: ¡Déme eso!

BELGRANO se va aparte a estudiar la letra. PADRE A y PADRE B, hablan entre sí y luego se acercan a la DIRECTORA, el CONCEJAL saca un celular,  marca nerviosamente. El diálogo de los PADRES con la DIRECTORA y la comunicación irán a la par.

PADRE A: Qué quiere que le diga: así cualquiera. Él después se va a ir lo más tranquilo pero nosotros tenemos que quedarnos.

PADRE B: ¡Más vale! Mi hijo seguro que va a empezar a burlarse, últimamente la tiene contra mí, para colmo no se le puede decir nada porque lo estamos mandando a terapia. ¡Va a ser un papelón del principio al fin!

PADRE A: Yo me niego.

PADRE B: Yo también.

PADRE A: ¿Quién lo habla?

PADRE B: ¡Usted!

PADRE A: No mejor usted.

PADRE B: Tiremos una moneda

PADRE B tira una moneda y la abaraja.

PADRE B: Cara, perdió

El PADRE A encara a la DIRECTORA.

PADRE A: Señora, si nos permite, acá con el caballero queríamos plantearle una preocupación.

PADRE B: Estamos contentos con la participación del General Belgrano, pero con  respecto a las armas de la obrita...

DIRECTORA: ¿Qué hay?

PADRE B: Habrá notado que son de cartón.

PADRE A: Muy bien confeccionadas, por cierto...

DIRECTORA: ¡Abreviemos!

PADRE B: ¿Cómo decirlo? Si las comparamos con el sable corvo del General Belgrano, ¿qué sucede?

DIRECTORA: No entiendo.

PADRE A: Que nuestros hijos van a estar mirándonos y con espaditas de cartón estamos en inferioridad de condiciones.

PADRE B: ¡Que vamos a hacer un papelón, señora!

DIRECTORA: ¡ES UNA OBRA DE TEATRO, QUÉ PRETENDEN, BAZUCAS, MISILES ANTITANQUES! ¡Qué locura es ésta! ¡Irene, por favor, hágase cargo!

El CONCEJAL habla por el celular.

CONCEJAL: Hola, hola, Intendente... qué suerte que lo encuentro... acá en la escuela...sí, traje las urnas... sí, pero escuche... no sabe la sorpresa que le tengo... no, no lo va a creer... ¡Esto es portentoso, extraordinario! Un verdadero milagro. La oportunidad que estábamos buscando. Para que tenga una idea con esto el domingo ganamos de punta a punta... No, véngase rajando...quiero que lo compruebe usted mismo...

BELGRANO (lee, de golpe da un salto) ¡Esto es un insulto! ¿Quién escribió esta bazofia? ¿Quién fue el autor de esta injuria? ¡Que se reporte el autor de esta porquería, AHORA!...

PADRES (aterrorizados): ¡El autor, que venga el autor!

DIRECTORA: ¡El autor!

SECRETARIA: ¡Por favor, el autor!

De entre el público se para un hombrecito calvo, de lentes.

PADRE A: ¿Usted es el autor?

AUTOR: S-sí. ¿Por?

SECRETARIA: ¡Venga!

DIRECTORA: ¡Suba, hombre, está sordo!

El AUTOR sube al escenario, lo empujan para que se acerque a BELGRANO.

BELGRANO: ¿Usted escribió esto? ¡HABLE!

AUTOR: ¡Yo soy el autor... pero del texto original!

BELGRANO: ¿Qué quiere decir?

AUTOR: Que he dejado al actor la posibilidad de encontrar s-su propia voz, mientras que mi labor se centra en la creación del todo sistémico, integral. Digamos que e-en este sentido hay una ruptura de la teatralidad reconocible para crear un nuevo tipo experiencia escénica.

BELGRANO: ¡Mire,  usted también está loco, siéntese! (enarbolando el  libreto) Quiero saber, bajo tribunal de guerra, quién escribió esta injuria. ¡¡¡QUIEN FUE!!!

Pausa en la que se escrutan unos a otros.

DIRECTORA: Fui yo.

BELGRANO: ¡Usted!... (camina en derredor de la DIRECTORA, la examina) ¡Usted! A ver, querida señora, explíquenos cómo a un alto mando de expertos jefes de caballería, oficiales fogueados, veteranos ilustres de las Invasiones Inglesas, yo puedo arengarlos antes de la batalla diciéndoles: “La patria confía en que sus hijos sostendrán la noble causa, por los sagrados derechos de la libertad y la autodeterminación, la copa de leche, el aula de computación y un nuevo equipo de luces para el salón de actos. ¡QUÉ ES ESTE DISPARATE!

PADRE A: ¡Escandaloso!

MADRE C: ¡Qué vergüenza!

SECRETARIA: No sabe la crisis por la que están pasando las escuelas bonaerenses.

BELGRANO: ¡CALLESE! A esta institución, según me comentaron, concurre la nieta de Pacho O´Donnell. ¿Esto es correcto?

SECRETARIA: Es correcto.

BELGRANO: Díganme, entonces: ¿Cómo quedo yo ante la historia si ponen en mi boca tales burradas? “¡El General Manuel Belgrano sintió pánico antes de una batalla y empezó a delirar! ¡El General Manuel Belgrano se droga!”

DIRECTORA: Tiene razón. Le pido disculpas.

CONCEJAL (interrumpiendo, aparatoso): Como dijo un conocido constitucionalista: primero será la Revolución, el cambio del viejo y viciado sistema por uno nuevo, y una vez instaurado, sí, llegará el turno de los reclamos puntuales: mayor presupuesto, salud, arreglo de cloacas, alumbrado y barrido. Justamente le comentaba al Intendente, hay un sinnúmero de cosas que entre usted y nosotros  podemos articular para felicidad del pueblo de la Patria (le tiende el celular) El Intendente en línea...

BELGRANO: ¿El Intendente? ¿Cayó el Triunvirato? ¿De qué habla este carajo?

CONCEJAL: Juan Ignacio Castromán, Intendente de Avellaneda.

BELGRANO (furioso, de un sablazo le hace volar el celular de las manos): ¡BASTA!

De golpe una luz potente surge desde la platea, off de voces, tumulto, flashes. BELGRANO queda anonadado.

OFF PERIODISTAS: ¡General, acá General, por favor, de Crónica TV, de TN, General, una pregunta! ¡Por favor no empujen! ¡De Intrusos en el espectáculo, Radio Continental, General, una sola pregunta!

PADRE B: ¡Fuera! ¡Salgan de acá!

DIRECTORA: ¿Quién les avisó? ¿Fue usted Amelia?

SECRETARIA: No

DIRECTORA: ¡Traidora!

SECRETARIA: ¡Se lo juro por mis hijos, señora!

OFF PERIODISTAS: ¿Tiene una hija no reconocida, General? ¿Es verdad su ruptura con San Martín? ¿Se postula para las próximas elecciones? 

PADRE A: ¡Váyanse! ¡Fuera!

DIRECTORA (al AUTOR): Entonces fue usted.

El AUTOR escudándose en el guión abierto.

AUTOR: ¡Para nada! ¡Lea, en el libro no hay ninguna conferencia de prensa!

OFF PERIODISTAS: General, General, los realistas lo acusan de bisexual, ¿qué puede decir al respecto?

La DIRECTORA se abalanza hacia la luz.

DIRECTORA: ¡Cierre la ventana, Amelia! ¡No hay declaraciones, se van!

La luz y las voces se esfuman, BELGRANO se mantiene estupefacto, intentan hacerlo reaccionar.

PADRE B: ¡General, General!

PADRE A: ¿Se siente bien?

SECRETARIA: Traigan una silla.

Lo sientan.

MADRE C: Son muchas emociones juntas.

SECRETARIA: Amelia, traiga algo fuerte.

MADRE A: Hay que llamar a un médico.

DIRECTORA: Le llega a pasar algo voy presa.

PADRE B: ¡No, no esperen!

BELGRANO comienza a hablar suavemente desde la silla como si soñara, para ir subiendo gradualmente el tono hasta incorporarse sobre la silla y concluir exaltado.

BELGRANO: Escucho el repicar de campanas, los vivas de la plaza manifiestan algarabía, atronan tres salvas de artillería, en los semblantes leo los sentimientos generosos con que la libertad dilata los corazones ¿Dónde han quedado las rivalidades? ¿La incomprensión de los serviles? ¡Es hora de sumar, señores! El que en su corazón haya jurado la libertad de sus hermanos, el que observe con interés la suerte de los pueblos de América, no puede menos que consagrarse al placer de este día. El Dios de la victoria ha fortalecido los brazos de sus libertadores. ¡Huyan para siempre los tiranos del suelo de los hombres libres, ya no tienen que esperar sino la justa venganza de los que han hecho gemir por tantos siglos! ¡Rotas las cadenas con que habíais aprisionado a la América, toda ella se confedera en vuestra ruina, con los irascibles vínculos de la firmeza, la severidad y el castigo contra cada enemigo de la justa causa revolucionaria!

Pausa. BELGRANO, con extrañeza, parece volver del sueño.

BELGRANO: ¿Qué pasa? ¿Por qué me miran así?

DIRECTORA: Estaba delirando.

PADRE A: Decía disparates. Hablaba pavadas, General. Nos dio un susto.

SECRETARIA: ¿La conferencia de prensa, los periodistas, no  recuerda?

BELGRANO: ¿Qué periodistas? ¿Qué delirio? ¡Basta, todos ustedes me tienen harto, me escucharon: HARTO! ¡ME VOY!

Entra DIAZ VELEZ.

DIAZ VELEZ: ¡General!

BELGRANO: ¡Díaz Vélez, por fin! ¿Por dónde entró?

DIAZ VELEZ: Por ahí...

BELGRANO (sorprendido): ¡Mire usted!

DIAZ VELEZ: Estamos un poco atrasados, General, hay problemas con el abastecimiento de pertrechos, la tropa espera órdenes. ¿Quién es toda esta gente?

BELGRANO: Es largo de explicar. Si no estuviéramos apurados el deber me ordenaría fusilarlos en masa. ¡Vámonos!

SECRETARIA: ¡Pero General, no, espere!

BELGRANO: ¡A callar! ¡Manga de trastornados!

BELGRANO y DIAZ VELEZ salen por la derecha.

SECRETARIA: Es que por ahí no van a poder salir.

DIRECTORA: Hace treinta años que trabajo en esta escuela, por ahí se va a la Portería (al AUTOR) ¡Usted que es el autor, diga algo!

AUTOR: No sé, e-estoy un poco confundido.

DIRECTORA: Se escuchan ruidos.

OFF PORTERA: ¡Ahhh! ¡Uhhhh!

MADRE B: ¿Qué es eso?

SECRETARIA (asomándose): Quieren salir por la despensa, la portera se hizo fuerte en el pasillo y no los deja pasar.

OFF PORTERA: ¡Ahhh! ¡Uhhhh!

SECRETARIA: Les está tirando con las ollas.

MADRE C: ¡Esa mujer está loca!

Repentino silencio.

SECRETARIA: Se la llevan prisionera.

Pausa, se miran unos a otros, repentinamente deprimidos.

MADRE A (reaccionando): ¡General, lléveme!

PADRE A: ¿Magda, estás loca?

MADRE A: ¡Me voy con él, Félix, lo amo!

La MADRE A sale tras BELGRANO y DIAZ VELEZ.

PADRE A: ¡Magda, Magda!

SECRETARIA: ¡Qué papelón!

PADRE A: Siempre me hace lo mismo. Con el primero que se le cruza. ¡Qué vergüenza!

PADRE B: No se aflija, por lo menos es con un prócer.

Pausa. Se empieza a escuchar una marcha.

PADRE B: ¿Y eso? ¿Escucha?

PADRE A: Sí. ¿Qué será?

PADRE B: No sé. Pero es muy pegadizo, yo de golpe siento una cosa acá en el estómago. ¿La siente?

PADRE A: Sí, ¿qué será?

PADRE B: El llamado de la patria.

PADRE A: ¿Le parece?

PADRE B: Ajá. Y creo que sería una vergüenza no escucharlo, quedarnos de brazos cruzados.

PADRE A: ¡Es verdad! Yo no estoy muy entrenado, además soy insulino-dependiente, pero una voz interior me dice “animate, tenés una obligación que cumplir”.

PADRE B: ¡Vamos!

La marcha crece, los PADRES van hasta el escenario, agarran los birretes, las espaditas de cartón, improvisan una formación y empiezan a salir marchando.

PADRE A: ‘Civilem protege pacem et salutem’ ¡Muerte a la península!

PADRE B: ¡Valor, camarada!... ¿Servirá de algo ir con el celular?

PADRE A: Por las dudas llévelo. ¿Qué batalla dijo el General?

PADRE B: Vilcapugio, creo, o Ayohuma.

PADRE A: No, eso fue la Expedición al Paraguay.

PADRE B: La de la Expedición al Paraguay fue Campichuelo.

PADRE A: ¿O Cancha Rayada?

PADRE B: Ni cancha Rayada, ni Campichuelo. Es Paraguarí.

PADRE A: Paraguarí fue la del cruce de los Andes.

MADRE C (enjugándose las lágrimas con un pañuelo): ¡Bravo patriotas! ¡Suerte! ¡Vayan con Dios!

Salen por el lugar equivocado, vuelven a entrar, siempre marchando y empiezan a salir por la derecha.

DIRECTORA (al AUTOR): ¿Y usted, se queda ahí sentado, no piensa ir?

AUTOR: Es que n-no sé si corresponde.

DIRECTORA (empujándolo): ¡Vamos, hombre! ¿No le corre sangre por las venas? ¡Estos intelectuales, no sirven ni para espiar!

El AUTOR se suma a la formación que sale. Pausa. La SECRETARIA y LA DIRECTORA observan al CONCEJAL, que se incomoda.

CONCEJAL: Si no fuera que asuntos igualmente trascendentes me retienen...

DIRECTORA: ¡Sí, justo!

CONCEJAL (con nerviosismo): ¡Salud, salud, patriotas! ¡Con cuanto orgullo los contemplo! Como dijo un conocido constitucionalista: actitudes como éstas, proyectan el perfil de gloria del destino americano.

Sigue la marcha hasta perderse. Lento apagón, canto de grillos de fondo.

OFF PORTERA: ¡Mmmmm! ¡Mmmm!

OFF DIAZ VELEZ: Los hombres, esperan sus órdenes. Están algo inquietos...

OFF BELGRANO: ¡No es para menos!

OFF PORTERA: ¡Mmmmmm!

OFF BELGRANO: Ajústele la mordaza a esa piantada, y cuando lleguemos me la destina a la cocina de la tropa.

OFF DIAZ VELEZ: ¡Qué gente rara, General! ¿Eran naturales del lugar?

OFF BELGRANO: No lo sé. Lo que me saca de quicio es pensar que ocupan el territorio que tanta sangre nos está costando defender. ¡Se toman la Revolución a la chacota!

Se escuchan voces a la distancia.

VOCES: ¡Espere! ¡No nos abandone, General! ¡Vamos con usted!

OFF DIAZ VELEZ: ¿Escucha?

OFF BELGRANO: Sí, escucho. Son esos locos. ¡Vamos a toda marcha, Díaz Vélez! ¡Acelere, acelere! ¿Qué le pasa?

OFF DIAZ VELEZ: Que no sé cómo General, flotamos en el éter.

OFF BELGRANO: ¡Si le digo a toda marcha, es a toda marcha! ¡No sé, mueva los brazos, reme! ¡ES UNA ORDEN!

OFF DIAZ VELEZ: ¡Voy! ¡Voy!

VOCES (a la distancia): ¡Espere! ¡No me abandones, mi amor! ¡Muerte al hispano! ¡No nos abandone! ¡Revolución! ¡Espereee!

viernes, 5 de octubre de 2012

Revolú, comedieta patria en un acto (Parte 1)


Personajes:

Manuel Belgrano
Directora
Secretaria

Portera
Padre A
Madre A
Padre B
Madre C
Concejal
Autor
Díaz Vélez


Oscuro. Canto de grillos de fondo.

OFF BELGRANO: “Cuando se desespera de la salud de la patria se aceptan los remedios más extraños. Siempre se divierten los que están lejos de las balas y no ven la sangre de sus hermanos... También son esos los que critican las determinaciones de los jefes. Por fortuna dan conmigo que me río de ellos, y hago lo que me dicta la razón, la justicia y la prudencia y no busco glorias sino la unión de los americanos y la prosperidad de la patria".

Voces infantiles, suena un timbre de recreo, luz sobre un salón de actos de escuela primaria, sobre el fondo pequeña tarima a modo de escenario, mesa con birretes, peinetas, guirnaldas, espadas de cartón.  PADRE A, MADRE A, PADRE B, MADRE C, DIRECTORA y  SECRETARIA discuten. Más allá, el General Manuel BELGRANO.

DIRECTORA: ¡A ver, por favor!...

MADRE A: Señora, le repito...

PADRE B: ¡Nada que ver! Fue algo inesperado.

PADRE A: Quién se iba a imaginar.

MADRE C: Desde ese punto de vista, no creemos...

PADRE B.- ¡Ni hablar!

MADRE A: Completamente inocentes...

DIRECTORA: ¡Por favor, de a uno!

PADRE A: Creo que estamos exagerando...

MADRE A: No se puede culpar...

MADRE C: ¡Dios me libre!

PADRE B: Le repito...

PADRE A: Una simple tarea...

MADRE C: ¡Que tarea ni tarea: fue un trabajo de investigación!

DIRECTORA: ¡Silencio! Así no nos vamos a entender. ¿Quién, dijo un trabajo de investigación?

MADRE C: Yo

PADRE A: ¡Efectivamente, un trabajo de investigación!

DIRECTORA: ¿Es así, Irene?

SECRETARIA: Sí, señora directora.

PADRE B: ¡Lo que sostengo yo! Por lo tanto no estamos hablando de ninguna falta por parte de los chicos.

MADRE A: Todo lo contrario. Mi hija es la primera de la clase.

PADRE B: ¡Bueno, tampoco venga a mandarse la parte!

MADRE A: ¡Es el mejor promedio!

MADRE C: Martita De Vincenci es la responsable.

PADRE A: ¡Avise!

PADRE B: ¡Usted no se haga el desentendido! ¡Su hija es la culpable de todo!

MADRE A: ¡Nuestra hija no tiene nada que ver!

MADRE C: Su hija fue la de la idea y arrastró a los demás.

MADRE A: ¿Quién lo dice?

MADRE C: ¡Mi hijo lo dice!

MADRE A: ¡Su hijo es un inadaptado, un delincuente juvenil!

DIRECTORA: ¡Basta, por favor!

Pausa, miran con inquietud hacia donde está BELGRANO.

DIRECTORA: Aquí la única que levanta la voz soy yo. ¿Entendido?

MADRE C: Disculpe.

PADRE A: Tiene razón.

SECRETARIA: Señora Directora, si me permite... estamos todos un poco nerviosos.

DIRECTORA: ¡Ya lo creo que estamos nerviosos!

SECRETARIA: Yo diría que hubo  un error de interpretación.

PADRE B: De interpretación...

PADRE A: ¡Exacto!

SECRETARIA: Los chicos preparaban el trabajito para el Día de la Bandera. ¿No es así? Tuvieron dudas y lógicamente cuando hay dudas hay que recurrir a las fuentes.

DIRECTORA: ¡¿Recurrir a las fuentes?!

SECRETARIA: ¡Correcto!

DIRECTORA: Recurrir a las fuentes... ¡Usted es un cráneo, Irene! (descontrolada) ¡Recurrir a las fuentes es consultar libros, entrar a una página de Internet, ir al Archivo Histórico Nacional!  ¡¡¡NO ESTO!!!...

Pausa, vuelven a mirar  hacia donde está BELGRANO.

MADRE C: Es verdad, es un escándalo.

PADRE B: ¡Y...los chicos vienen jodidos!

MADRE A: Incontrolables.

DIRECTORA: ¿Y la irresponsable de la maestra, dónde estaba?

SECRETARIA: Tomando un té con Criollitas en la Portería.

DIRECTORA: Tomando un té con Criollitas... (llama) ¡AGUIRREEEE, AGUIRREEEE!

SECRETARIA: Está en tercero con prueba escrita.

DIRECTORA (agarrándose la cabeza): Seis meses para jubilarme, ciento ochenta días descontando feriados y vacaciones. De doscientas escuelas del distrito  por qué tiene que pasarme esto justo a mí. ¡Por qué!... Avísele que está suspendida.

Pausa, vuelven  a mirar a BELGRANO.

PADRE B: ¿De verdad es Belgrano?

DIRECTORA: ¡No, si va a ser el Capitán Piluso!

MADRE A: Yo lo hacía distinto.

MADRE C: Más alto, mejor complexión.

MADRE A: ¿Verdad que sí? Un estilo Robert Urich, o Mel Gibson en “Arma mortal III.

MADRE C: Así de cerca parece Chiche Gelblung.

DIRECTORA: Les pido por favor dejemos eso, ahora la cuestión es saber qué hacemos.

PADRE A: ¡Guarda! ¡Ahí viene!

BELGRANO se aproxima, los padres sin saber qué hacer  se cuadran, el PADRE A le hace la  venia.

BELGRANO: ¡Lo voy a decir una vez más: tengo que volver AHORA!

DIRECTORA: Sí, si precisamente estábamos hablando...

BELGRANO: La Revolución peligra en el Norte. En tres días tengo que estar en el Alto Perú ¿Usted piensa que yo estoy para perder el tiempo?

DIRECTORA: No, no...

PADRE B: ¿Al Alto Perú, y qué, tiene m-muchas batallas, General?

PADRE A: ¡Cuente, vuesa excelencia, cuente! ¿Cómo es el exercicio guerrero?

BELGRANO: ¿Ustedes están medio tocados, no?...

DIRECTORA: ¿En qué sentido lo dice?

BELGRANO: ¿Qué hace esta gente acá? ¿Para qué es ese escenario? SECRETARIA: Los señores son los padres de los alumnos de segundo, cuando usted llegó estaban ensayando la obrita para el Día de la Bandera.

PADRE B: La fecha en que Ud. creó nuestro pabellón.

BELGRANO: ¡Otra vez con eso del pabellón! ¡SU NOMBRE!

PADRE B (cuadrándose): ¡Señor, Ramiro Carlos D’alessio, gran admirador y patriota, señor!

BELGRANO: ¡Ramiro Carlos no sé cuánto, no vuelva a repetir en mi presencia esa patraña!

PADRE B: No entiendo.

BELGRANO: Lo que escuchó, lo de la bandera fue una campaña de prensa de Sarratea. Yo apenas si diseñe los uniformes! (para sí, nervioso) ¡Pero qué tengo que explicar yo!...

SECRETARIA: Tranquilícese.

MADRE A y MADRE C aparte.

MADRE A: ¿Escuchó? ¡Qué cosas dice! 

MADRE C: Hace chistes y todo. ¡Es tan natural!...

PADRE A (declamando): ¡Hombre de mayo, exemplo de valía, justum et tenacem! ¡Revolución! ¡Querella al hispano!...

BELGRANO: ¿Por qué habla así, es idiota?

MADRE A: No, es Félix, mi marido.

BELGRANO (desenvaina la espada): ¡Shtt, silencio!

DIRECTORA: ¿Qué hay?

BELGRANO: Ahí están otra vez.

DIRECTORA: ¿Quienes?

BELGRANO: Esos  mocosos.

PADRE C: Son nuestros hijos, General.

BELGRANO: ¡Odio a los niños!

MADRE A: ¡Por favor, son inofensivos!

BELGRANO: Carecen del menor sentido de la disciplina.

MADRE C: ¡Tenga piedad: recuerde al Tamborcito de Tacuarí!

Entra la PORTERA con una bandeja con tazas, BELGRANO se le abalanza.

PORTERA: ¡Virgen santa!

BELGRANO: ¿Quién la manda, Tristán, el Triunvirato? ¡HABLE, AHIJUNA!...

DIRECTORA: No le haga daño, es la Portera, General.

SECRETARIA: Trae el mate cocido. ¿No quiere una taza?

BELGRANO: ¡No quiero nada! ¡Deme eso!

BELGRANO agarra un vaso de agua de la bandeja, saca una tableta de un bolsillo, se traga dos pastillas, y se toma el agua. Pausa.

MADRE A: Debe estar estresado.

MADRE C: No es para menos.

BELGRANO: El Triunvirato me odia, quiere que vuelva a Córdoba pero yo NI PIENSO... ¡El atropello de los usurpadores tiene los días contados! Tengo un buen pálpito: primero voy a caer sobre Salta, de ahí, como un refucilo salto a Potosí, después Lima, Río de Janeiro, Fortaleza, Cancún. Lo único que necesito es volver al campamento, tengo que pensar. ¿Qué hora es?

PADRE A: Las once y cuarto.

Aparte SECRETARIA y DIRECTORA

DIRECTORA: ¡Yo estoy maldecida! Hay que hacer algo. Este hombre está cada vez más nervioso.

SECRETARIA: Mire, señora Directora, estuve pensando: creo que habría que aprovechar la situación.

DIRECTORA: ¿Qué quiere decir?

SECRETARIA: ¿Qué ocurriría si al Ministerio le llegara la noticia de que en una anónima escuela del conurbano el acto del día de la Bandera fue presidido por el General Belgrano en persona?

DIRECTORA: ¡Qué disparates dice!

SECRETARIA: Ningún disparate.

DIRECTORA: ¡Ni hablar!

SECRETARIA: Deje por lo menos que actué en la obrita. Volveríamos a ser escuela de primera.

DIRECTORA: ¡Basta, Irene! Hay que regresar a este hombre al siglo XIX ya. Sabe dónde termino yo si cae una inspección...

BELGRANO rodeado por los padres, muestra fotos.

MADRE C: A ver, a ver...

BELGRANO: Acá estamos en la batalla de Tucumán: Paz, Balcarce, Pueyrredón... Díaz Vélez , Dorrego, La Madrid...Holmberg, Alvarado y yo. Después entró Martín Rodríguez.

PADRE A: ¡Qué bárbaro!

BELGRANO: De mitad de campo de batalla para adelante era un buen ejército.

PADRE B: ¿Y cómo anduvo?

BELGRANO: Peleamos como fieras, el batallón de Pardos y Morenos arrancó adelante, los Usares por los laterales, a las dos horas lo vemos pasar a Tristán en bolas y a los gritos, huía a campo atraviesa en una bicicleta...

MADRE A: ¡Qué apasionante debe ser la guerra!

MADRE C: Romántica, sobre todo.

PADRE A: ¿Y usted mató mucho?

MADRE A: ¡Felix, sos tarado, el General es el comandante! ¿Vos te crees que va a andar matando enemigos cuando su función es dirigir?

PADRE B: ¿Y con el sable corvo, debe ser dificilísimo pelear con el sable corvo, no?

BELGRANO: Como todo, tiene sus secretos. ¿Usted tiene algún entrenamiento?

PADRE B: Con espadas luminosas, de jugar mi hijo.

BELGRANO: ¿Espadas luminosas? ¡Ustedes parecen todos imbéciles!  A ver venga (le da la espada) ¡Sostenga firme!

PADRE B: Es pesada.

BELGRANO: ¡No sea cagón, hombre: uno – dos – tres – ataque! ¡Uno – dos – tres – ataque! Repítalo solo... (agarra a la PORTERA de un brazo y se la lleva aparte) ¡Venga para acá! ¿Tiene lápiz y papel? Escriba: “Amada mía, aprovecho la pausa para enviarte estas pobres líneas. Quizás sea la fiebre o la fatiga, pero cerré los ojos en mi catre de campaña y los he abierto en Buenos Aires en una especie de hospicio o loquero, junto a un hato de niños intolerables y otra gente estrafalaria. ¡El Universo es extraño! ¿Cuánto tiempo ha pasado, amada? ¿Cuándo nos reencontremos podremos reconocernos? He dejado de ser el caballero americano acostumbrado a la buena caligrafía y amante de la jurisprudencia que conociste, para transformarme en un soldado más de esta Revolución. Sé fuerte, sospecho que muy pronto estaré en tus brazos. Por siempre tuyo. Manuel”.... Despáchemela en carácter de urgente y ahora me anota esta lista: “580 fusiles, 215 bayonetas, 21 carabinas a repetición, 34 pistolas, 34.000 cartuchos de fusil, 6 cañones y 23 bombas inteligentes”.  Se me corre hasta la armería que está  en esta dirección (le saca la hoja de las manos y anota) y les dice que es para mí, tengo cuenta corriente. ¡Vamos, mujer, está sorda, muévase!
La PORTERA va hasta donde está la DIRECTORA y la SECRETARIA.

DIRECTORA: ¿Qué pasa, Amelia?
PORTERA (confundida): El señor quiere que le lleve este pedido. Dice que tiene cuenta corriente...
DIRECTORA: ¿Y cuál es el problema?

PORTERA: Difícil
DIRECTORA: ¿Y por qué difícil?
PORTERA: Es la dirección del Mc Donald del Alto Avellaneda.
DIRECTORA: ¡Mire Amelia, no eche más leña al fuego! ¡Usted la lleva!
PORTERA: ¿Pero y a quién se la doy?
DIRECTORA: ¡Y a mí qué me dice! ¡Déjesela al payaso Ronald!
BELGRANO (a los gritos): ¡UNA RADIO, NECESITO UNA RADIO!

DIRECTORA: Amelia, tráigale la radio a este loco.

PORTERA: No tiene pilas.

BELGRANO: Necesito saber qué sucedió con San Martín en San Lorenzo.

PADRE B: ¡Ganó, General!

BELGRANO: ¿Ganó?

PADRE B: ¡Ajá! Le hicieron una marcha y todo.

BELGRANO (reflexionando): ¡Bien, bien!...

La PORTERA sale, la DIRECTORA y la SECRETARIA se acercan a BELGRANO.

SECRETARIA: Ya estamos viendo lo de su traslado.

BELGRANO: ¡Más vale que sea ya!

SECRETARIA: General, mientras tanto con la Sra. Directora habíamos pensado en algo. ¡Una pavada!

DIRECTORA: En realidad, necesitamos pedirle un favor.

SECRETARIA: ¿No le gustaría “tomar parte”?

BELGRANO: ¿“Tomar parte”?

SECRETARIA: Participar en la obrita del Día de la Bandera.

BELGRANO: ¡Y dale con la Bandera! ¡Aquí todo el mundo está  obsesionado con la Bandera! ¿Qué tiene de malo el Día del Uniforme?

DIRECTORA (impaciente): A ver si definimos esto de una vez: lo que la Secretaria quiere manifestar, General es si Ud. querría actuar.

BELGRANO: ¿Actuar? (duda) ¡Hmmm, actuar!... ¿Y de quién tendría que hacer?

SECRETARIA: De Belgrano.

BELGRANO: ¿De Belgrano?

SECRETARIA: Es un protagónico.

BELGRANO: ¡Hmmm, no sé!... Es un personaje complejo. Claro que también cuento con ciertas ventajas: yo “soy” Belgrano, y alguna experiencia en la actuación tengo.

SECRETARIA: ¿No diga?

BELGRANO: Asistí seis años los talleres del Café de Marco, después pasé a la tertulia de las hermanitas Ezcurra. No hay como el teatro para mantener el espíritu de la tropa,  era la eterna discusión con La Madrid,  él se inclinaba más por el tenis de mesa. En campaña representamos todo, desde los clásicos hasta las nuevas tendencias, Veronese, el Periférico de Objetos. Lógicamente de Calderón y Lope de Vega, nada, por godos.

SECRETARIA (entregándole el libreto): Entonces no se hable más, seguro que le va a salir. Tome (al resto de los padres, haciendo sonar las palmas) A ver, atención por qué no repasamos, usted, Sr. Carminatti, es Balcarce, el Gral. Belgrano va a ocupar su lugar.

MADRE C: ¿Va a actuar?

MADRE A: ¡Va a actuar! ¿No es fascinante?

MADRE C (suspirando): ¡Que personalidad!

MADRE A: Y... es héroe.

MADRE C: Sí.

MADRE A: Y lo heroico siempre destaca en el hombre como un cierto...
MADRE A: Sex appel.
MADRE A: ¡Exacto: un sex appel! Fíjese Félix, en cambio.
MADRE A: ¿Qué tiene?

MADRE B: Vendedor de AFJP, de noche le da miedo sacar a pasear al perro.


MADRE A: Sí. Mi marido también es un pobre tipo.
MADRE B: Un héroe en cambio...
MADRE B: Y sí, un héroe... Le voy a confesar algo: sabe, yo tengo fantasías.
MADRE B: ¿Con héroes?
MADRE B: Sí. Pero nada histórico, lo mío es con héroes de historieta. (reservada) Sueño que lo hago con Superman.
MADRE B: ¡Qué loca!
MADRE A: ¡El hombre de acero!
MADRE A: ¡Ay, cállese!

MADRE C: Estamos en plena faena cuando se nos suman Patoruzú y el Increíble Hulk.


MADRE A (apantallándose): ¡Basta, por favor!

Los padres alzan de la mesa los birretes, los sables de cartón, suben a la tarima. La MADRE A le da una cámara de fotos a la MADRE C.

MADRE A: Hágame el favor, por lo menos quiero quedarme con un recuerdo.

La MADRE A va junto a BELGRANO, mientras la MADRE C saca varias fotos, lo abraza, lo toca.

MADRE A: Qué buena confección tiene su uniforme, General. ¿De qué tela es?

BELGRANO (malhumorado): Tela zampo.

MADRE A: ¡Ja, ja, usted me encanta, es re-políticamente incorrecto!

La SECRETARIA y la DIRECTORA hablan aparte.

DIRECTORA: Irene, esto es una  locura.
SECRETARIA: Confíe en mí, en un rato llamo a mi marido que conoce a un periodista de la radio. Va a ver qué pegada.                              

(CONTINUARÁ...)