lunes, 8 de abril de 2019

Selma y la luz

Personajes:
Pastor
Selma

 NOTA: Se distribuirá al ingreso a sala una carilla con la letra de la canción que se va a cantar, nombre de la iglesia y algún logo identificatorio, con un billete de 500 pesos falso abrochado.

Templo evangélico. Mientras ingresa el público vemos al PASTOR brasilero sobre el escenario, trajeado, con lentes negros, y con los brazos extendidos, cantando(1). Tiempo. El PASTOR de golpe espía bajo los lentes, saca un handy de un bolsillo y se pone de espaldas.
PASTOR (en español porteño): ¡Atento, Gladys! ¿Me copiás?… ¡Atento, Gladys!… ¡Estate atenta, por el amor de Dios! Mandá el último (saca un papel de un bolsillo, girando, se saca los lentes, cambia el lenguaje nuevamente a portuñol) Queridos amigus y ahora sí vamus a recibir con un caluroso aplauso a nuestro último testimonio di la yornada, la señora (lee en el papel)  Selma Parmesani viuda de Barzola. La querida Selma, que hoy viene a nuestro templo a contarnos su do-lor, su sufrimi-ento, ¿está viniendo? ¡Ahí, está, adelante, adelante, querida Selma, recibámosla con un fuerte aplauso! ¡Ale-luia, hermanos!…
Ingresa SELMA, desfalleciente, tapado negro, de una palidez verdosa, el cabello apelmasado. Trastabilla, el PASTOR al advertirlo va hacia ella, la ayuda a sentarse en una silla en medio del escenario, pero debe apartar la nariz por el  olor corporal que libera.
PASTOR: Venga, Selma, siéntese. Se la nota abando-nada, se la nota trishte. ¡Quí digo trishte, se la nota deshesh-perada! Tampoco huele muy bien que digamos  (el PASTOR recoge de un costado un desodorante de ambientes, rocía a la mujer y esparce un poco por el escenario) Amigus, observemos a nostra querida amiga, Selma, muchas personas esh-peran, esh-peran y siguen sufri-endu, gimi-endu, aun no han tomado la decisión de buscar a este Dios vivu, a este Dios puru, a este Dios que sana, que cura, que transforma. Aquí estamos con la señora Selma, un ser atormentadu, un ser torturadu, un ser anhe-lante de ayuda. Integrante de una hermosa familia de Don Torcuatu, la señora Selma vivió diez años involucrada con los eshpíritus, era midium. ¡Fuerte ese aplauso! (Selma se ladea, está apunto de caerse de la silla, el PASTOR la acomoda) Y su vida, amigus, de pronto empezó a marchar mal, cada vez más mal, prublemas tras prublemas, falleció shu maridu, falleció shu perru, falleció shu loro, con la liberación del mercadu telefónico los eshpíritus también la abandonaron, ya no se contactaban con ella. ¿Un sufrimiento grande, moito grande, no es así Selma?
SELMA (con un hilo de voz): No.
PASTOR (desconcertado): Y llegó un momentu en la vida de la querida Selma en que la conmoción tuvo su límite, su soledad era pro-funda, su vida no tenía shin-tidu, comenzó a beber licores, a tomar pastillas, ya no quiría más. Pensó en quitarse la vida. ¿No es así, Selma?
SELMA: No.
PASTOR (contrariado): ¿Cómo qui no?
SELMA: Yo estaba en el patio regando los malvones -en casa tengo un patio grande con el gallinero, dos plantas de quinotos, una higuera, una huerta orgánica y dos enanos de jardín (SELMA enmudece y queda estática, se ladea, el PASTOR vuelve a acomodarla, castañetea los dedos frente a sus ojos y ella retoma el relato) Primero sentí una voz, era como un llamado. Debe ser alguno de los espíritus de mi trabajo, pensé, y justo en ese momento se me enterró el taco del zapato derecho en la tierra, tropecé y me fui para atrás. Me pegué acá en la nuca con la puerta del gallinero, y entonces me dije basta de dolores, basta de enfermedades, basta de espíritus...
PASTOR: ¡Claro, basta de sufrir, Selma, basta de sufri-miento! Entonces allí sucidió, escuchó el llamadu de ese Dios vivu, de ese Dios puru, de ese Dios que cura, que sana, y se lanzó con todo el amor y la confianza en sus brazus amorosos. ¿No es así Selma?
SELMA: No.
PASTOR: ¿Cómo qui no?
SELMA: Fui hasta la baulera en la que mi marido guardaba las tenazas, las pejerreyceras, la crema antihemorroidal, buscando el martillo para clavar el taco del zapato que había quedado muy torcido y ahí encontré el arma.
PASTOR: ¿Un arma?
SELMA: Sí, un arma.
PASTOR: Y así nuestra querida amiga encuentra un rivolver.
SELMA: No, una ametralladora semi-automática de fabricación rusa.
PASTOR: Un arma de guerra, Selma.
SELMA: Sí, un arma de guerra, regalo de un sobrino de mi marido, subdirector del RENAR.
PASTOR: ¿Y qué hizo con ese arma?
SELMA: Entonces me arrodille junto a la planta de quinotos. ¡Cuántos dulces de quinoto había hecho yo, lo envasaba, lo rotulaba y los repartía por el barrio! Detrás, desde el gallinero venían las voces cantarinas de las ponedoras que mi Armando criaba y bañaba con tanto apego. Y entonces ahí me quedé reflexionando, reflexionando…
PASTOR: ¿Riflexionó mucho, querida Selma?
SELMA: Hasta el día siguiente hasta las tres y cuarto de la tarde.
PASTOR: ¡Cuánta riflexión, amigus! Eso demuestra el estado de angustia, de deshpe-ranza de nuestra amiga, un ser al borde del abishmo. Y entonces ahí sucedió, nuestra hermana encontró la voz superior, encontró a ese Dios vivu, a ese Dios puru, a ese Dios qui cura, qui sana, qui li dijo: “Selma Parmesani viuda de Barzola, prostérnate, arrodíllate,y abre las portas de tu alma, deja esa ametralladora semi-automática di fabricación china”…
SELMA: Rusa.
PASTOR: ¿Cómo?
SELMA: De fabricación rusa.
PASTOR: “Esa ametralladora semi-automática di fabricación rusa. Prueba un exquisito fruto de la planta de quinotos, iscucha la voz angelical de las aves de granja, libera tu alma torturada, abandona la idea de acabar con tu preciosa vida, pecado mortal que lleva direto al Infi-erno”. ¿No es así, Selma?
SELMA: No.
PASTOR (harto): ¿CÓMO QUI NO?
SELMA: Entonces me suicidé.
PASTOR: ¿Si suicidó?
SELMA: Me suicidé.
PASTOR: Jajaja. Si suicidó. La comicidade, amigus, el humor. Jajaja. Está bon. Es de buen cristiano un chiste. ¡Celebremos, amigus! ¡Aleluia!
SELMA (sin acusar recibo): Dije, “te pido perdón Cati”, Cati es la portera de enfrente con la que charlo mucho y siempre me cuenta de los problemas que tiene con su hijo menor que está en la droga, “te pido perdón Amanda”, Amanda es la dueña del almacén de la esquina, porque le iba a quedar debiendo una botella de Gancia y dos paquetes de arroz (SELMA emudece, se ladea, el PASTOR vuelve a acomodarla, castañetea los dedos delante de sus ojos y ella retoma el relato) Entonces apoyé el arma, cerré los ojos y me pegué quince balazos acá.
PASTOR: A ver, déjeme ver (le desprende el tapado y mira a la altura del estómago, debe apartar la cara por el olor y le echa desodorante de ambientes) Efectivamente, amigus, a nuestra querida Selma se le ven los orificios de varios impactos de bala. A ver, eshpéreme un momentito que ya vuelvo con usted. Amigus, ya vuelvo, mientras tanto entonen “Anoichi soñé”, que tienen allí impresa en sus hojitas (el PASTOR se aleja un par de pasos, saca el handy y se pone de espaldas. En español porteño) ¡Atento, Gladys! ¿Me copiás?… No sé de donde sacaste a esta demente. Me la sacás del escenario ya o vos y tu marido no me pisan más el templo, ¿me escuchaste? (girando hacia el público) ¡Bello! ¡Quí testimonio bello y  al mismo tiempo eshtremecedor! Reflexionemos, amigus, la señora Selma Parmesani viuda de Barzola, pese a tener shu negociu con el ispiritismu, a tener shus gallinas y shus quinotos, shu auto ciro kilómetru, shu dúplex en Santa Teresita, entra en un pozo depresivo y llevada por la disisperación acaba con shu vi-da. Pero de todas formas, una vez muerta de quince balazos en shu estómagu, discubre a ese Dios vivu, a ese Dios puru, a ese Dios qui sana, abre su corazón, si arrodilla ante él y sale completamente renovada.
Mientras el PASTOR termina el parlamento anterior, SELMA finalmente cae al piso y comienza a sacudirse.
PASTOR (al advertirlo): ¡Atensao! ¡Atensao! ¡Ya sabía yo! Esta mujer no podría haber pensado eshtas ideas absurdas del suicidio por sí misma. ¡Era el ángel caído, era el oshcu-ro, era Satán! ¡Aleluia, amigus! En toda la semana no habíamos tenido un solo caso de posesión. Tenemos que estar alegres. Ahora, con su ayuda vamos a ri-mover, vamos a expul-sar al maligno del cuerpo de nuestra querida Selma Parmesani viuda de Barzola. Primero vamos a arrojar billetes, billetes, muito billetes, (el PASTOR saca su billetera y tira billetes encima de Selma,  invita al público a acercarse a poner los suyos o toma los billetes que le ofrecen y los tira encima de Selma)  ¡Vamos, no sea tímidos! Billetes, billetes. Con esto el oshcuro se siente tentado y se desconcentra. Y luego vamos a decir; ¡Fuera Satán, vete demonio, no tienes chance! ¡Fuera Satán, vete demonio, no tienes chance! (el PASTOR se arrodilla, cierra los ojos en trance, mueve las manos limpiando el rostro, el tronco, las piernas de SELMA) ¡Fuera Satán, vete demonio, no tienes chance! Digan conmigo. ¡Fuera Satán, vete demonio, no tienes chance!
En pleno procedimiento Selma se incorpora y tranquilamente vuelve a sentarse.
PASTOR (desconcertado): ¡Caramba! ¡Qué velocidad!  (junta rápidamente los billetes y se los guarda en un bolsillo) Bueno, de todas formas, ¡aleluia, amigus!  El Demonio ha escapado del cuerpo de nuestra amiga, temeroso del amor que le hemos brindado, la ha libe-rado y la ha inun-dado del poder del eshpíritu. ¡Fuerte ese aplauso!  Si el Dj me acompaña (se escucha una cumbia cristiana) Hay que bailar, bailemos todos. Selma usted también.
SELMA: ¿Sí?
PASTOR: Claro, mujer. Exprese su agradecimi-ento a este Dios vivu, a este Dios puru, a este Dios que sana, que cura, que transforma.
Selma se incorpora, levanta los brazos y se mueve sin gracia.
El Pastor aparta la nariz, busca el desodorante de ambientes, le tira y la ayuda a sentarse nuevamente.
PASTOR: Bueno,  ya es suficiente, su olor es realmente forte, Selma. ¿Cómo se siente, ahora, querida Selma? Nuestra amiga ha sido exorcizada, el oshcuro ha escapado y ella esta noche ha sido re-bautizada con el eshpiritu santo. ¿No es así, Selma?
SELMA: No
PASTOR: ¿CÓMO QUI NO? ¿POR QUÉ NO? ¿POR QUÉ SE EMPERRA EN DECIRME TODO QUI NO?
SELMA (se angustia, lloriquea): Perdón, es que son divertículos.
PASTOR: Bueno, tranquilícese. ¿Cómo divertículos?
SELMA: Me agarran de joven, me da un dolor acá que me produce temblores. Después de muerta, habrá sido por los balazos, se me agudizaron, pero enseguida se me pasan.
PASTOR (harto): Bueno, ya no tinimos tiempo, ahora vamos a beber el vaso de agua milagro-sa y con eso nos marchamos en paz a casa.
SELMA: ¿Puedo darle un mensaje a alguien?
PASTOR: Sí, pero sia breve.
SELMA: No sé si me escuchará, pero le quiero decir algo a mi marido Armando: “Armando, todavía me voy a demorar un par de días, tengo que dejar acomodada la casa, me tengo que bañar, hacer los trámites para el entierro. Hay que limpiar las lápidas de la familia que están bastante descuidadas….
PASTOR (interrumpiéndola, trae un vaso con agua y se lo da): Buenu, Selma, livante el vaso. Dios mío bindice este vasu di agua, conságralo, ricibe una nueva vida, la vida de Selma Parmesani viuda de Barzola, un ser que luegu de acribillarse a balazos finalmente encontró la paz en tu senu, una nueva integrante de la Iglesia Neo-Santificadora Cosmológica del Novinu Día.
Selma bebe, le salen chorritos de agua por el estómago agujereado por las balas. Al advertirlo el PASTOR le quita el vaso de mala manera.
PASTOR: Deje, usted no. Voy a beber solo yo y el milagro si va a materializar igual. Celebremos a este Dios pleno, bondadoso, qui acaba con el dolor y con el sufrimiento. Repitamos juntos: Aleluia, salvador, restaña las heridas y cura al qui sufre con los dolores fortes de cabeza, al qui sufre con la envidia,  con el cáncer de colon, con el cheque rechazado y libéralo, libéralo y concédele la vida iterna.  y libéralo, libéralo y concédele la vida iterna. Amén (el PASTOR gira hacia SELMA que tiene la vista fija en la puerta de salida de la sala) Bueno, querida amiga, ha llegado el momento de…. ¿Qué mira?
SELMA: Esa luz, ¿la ve?
PASTOR: ¿La del hall de entrada?
SELMA: No, esa luz al fondo del túnel.
PASTOR (siguiéndole la corriente): ¡Ah, la luz, el túnel! ¡Claro qui sí, Selma! Qué emoción, amigus, nuestra amiga Selma Parmesani viuda de Barzola, luego de eliminarse con quince balazos en shu estómagu, luego de ser poseída por el oshcuro y liberada, antes de irse está en comunicación direta desde el más acá con il más allá. Hagamos silencio, cuente, Selma, discri-ba ¿qué ve?
SELMA: Poco y nada, me encandila la luz del fondo.
PASTOR: Inténtelo, es importante, Selma.
SELMA: Hay como dársenas a los costados, es como la estación Pueyrredón de la línea D antes de la remodelación. 
PASTOR: ¡Impri-shionante! ¿Y ve a alguien?
SELMA: Sí, hay mucha gente.
PASTOR: ¡Notable! Todos eshper-ando, como en el andén en hora pico.
SELMA: Ahí está mi abuela Carla, mis tíos mellizos, los dos  murieron aplastados en un accidente en el Sarmiento. Mi marido Armando, no está.
PASTOR: Mire bien, Selma.
SELMA: ¡Ah, sí, ahí llegó! Siempre tarde a todos lados (al PASTOR) ¿Puedo hablarle?
PASTOR: Sí, pero apure. Escuchemos, amigus, este hecho único en nostra Iglesia Neo-Santificadora Cosmológica del Novinu Día. La señora Selma se comunicará con su marido fallicido recientemente, quien ya habita la casa de ese Dios vivu, de ese Dios puru, de este Dios que sana, que cura, que transforma.
SELMA: Armando, le decía acá al pastor, que si no te molesta me voy a demorar un poco porque tengo que hacer un montón de cosas.
PASTOR: Vaya, Selma.
SELMA: ¿Cómo dice?
PASTOR: Que vaya ahora, que no se demore.
SELMA: ¿Le parece? Es que todavía me quedan varias … como le contaba, estuve en el cementerio y…
PASTOR: Yo le diría que aproveiche. Piense que aquí en Buenos Aires los mitrodiligados del subte siempre están en conflicto.
SELMA: Bueno, si usted lo dice. ¿Y qué hago?
PASTOR: Siga hacia la luz, ushted siga siempre hacia la luz, cruza Rivadavia y si la luz se desvía puede agarrar una paralela, Yrigoyen  preferentemente que tiene tránsito rápido (SELMA le da la mano al PASTOR y avanza, dudando) Despidamos con un aplauso a nuestra hermana Selma Parmesani viuda de Barzola, un ser vali-ente, un alma amo-rosa, que parte a la casa de Cristo. ¡Aleluia! ¡Adiós, Selma! ¡Fuerte ese aplauso!
SELMA sale.
Bueno, amigus, ricuerden que el lunes tenemos “el ritual dil corte de las cadenas eshclavi-zantes”, el miércoles “la terapia de amor para madres sholteras” y el viernes el seminario “orando para shalir de la crisis del dólar”. No se atrasen con la cuota de abril, ya estamos atrasados con el alquiler del templo y acabamos de adquirir el nuevo helicóptero. Y ahora vamos a cerrar cantando “Anoichi soñé”, allí tienen la letra impresa si no ricuerdan.
El PASTOR vuelve a ponerse los lentes oscuros, extiende los brazos y canta (1)
APAGÓN


(1)
Anoichi soñé con el día final... 

ese día qui pronto llegara... 
Allí los creyentes shi levantarán al oír la trompeta al sonar. 
Veo en gloria bajando al Salvador... 
los ányeles van anunciando la redención…
siento aligría en mi alma al verme shubi-endo.... 
con los salvados por Cristo a su mansión.