miércoles, 18 de marzo de 2015

Milagro en Cortínez

Curiosidad, conmoción, susto y hasta lágrimas ha causado la aparición de una figura de unos tres centímetros de largo por dos de ancho en el Barrio San Cayetano, en la localidad bonaerense de Cortínez. 
La imagen, aseguran testigos, se materializó en una  vivienda de clase media en un feta de jamón cocido y, aparentemente, muestra a la Virgen Desatanudos o a Santa Cecilia de Roma, de frente y con el brazo izquierdo elevado.
Fue el hijo mayor de una familia de apellido Sampietro quien protagonizó el descubrimiento. El joven asegura que al abrir la heladera para prepararse un sánguche, allí estaba la imagen en un plato, entre el frasco de las aceitunas descarozadas y una lata abierta de anchoas.
La vi ni bien abrí la heladera. No sé cómo explicarlo pero me estaba mirando. Agarré el plato con cuidado y lo apoyé sobre la mesa. Después corrí a decírselo a Marta, mi madre.
¿Qué siento?  Muchísima emoción. Cuando vino a contarme yo estaba regando en el fondo. La verdad que dudé.: “¿Estás fumando otra vez esas porquerías?”, le grité. Pobre ángel, Alexis es buen chico pero ha tenido algunos problemas con las drogas, sabe. Después lo acompañé, entramos los dos en la cocina y cuando me puse los lentes y la miré se me saltaron las lágrimas.
Al parecer, desde el fiambre la extraña figura consigue gesticular, abrir y cerrar los ojos y hasta mover los brazos. Tanta ha sido la sorpresa y la conmoción, que la noticia fue pasando de boca en boca y afuera de la casa comenzaron a juntarse decenas de personas con la intención de ver la enigmática aparición.
Si usted se inclina sobre el plato y la mira fijo, siente que está tratando de decirle algo. Hace un movimiento así con la mano y adelanta la mandíbula como queriendo hablar.
Sin dudas trae un mensaje.
Es Santa Cecilia de Roma virgen y mártir. La reconozco por la túnica y la cicatriz en el cuello.
Mire, señor, todo lo que sucede es por algo. Está escrito en la Biblia, Dios manda las cosas para ponernos a prueba.
Qué Biblia ni qué ocho cuartos, el pibe este es un falopero del año cero, puede haber descubierto a la Virgen de Fátima o al Locomotora Castro tomándose un vermú en el bar de la esquina con los guantes puestos.
El caso es que a cinco días de la aparición, la casa de los Sampietro se ha convertido prácticamente en un museo. Son cientos y cientos de personas quienes se dan cita en la puerta y hacen una larga cola para ver de cerca lo que nunca antes se había visto.
Yo vine ayer pero no alcancé. Hice la fila por tres horas pero no pude entrar.
Es verdad, no se organizan, tranquilamente podrían armar un sistema de turnos.
Según explica la familia, para la exhibición deben tomar algunos recaudos porque al haberse materializado en el fiambre no es conveniente dejar a la imagen mucho tiempo fuera de la heladera.
La cocina es chica, hacemos pasar a grupos reducidos. La pueden mirar, pedirle un deseo y por cuarenta y cinco pesitos le sacan una foto.
¡Cuarenta y cinco pesos la foto es un robo! ¡Son de lo que no hay! ¡Lucran con la fe de la gente, señor!
El vivo ahí es el padre, él le vio la veta al asunto, según comentan en el barrio tiene antecedentes penales, piratería del asfalto, parece.
Los foros y las redes sociales, en tanto, han comenzado a hacerse eco del fenómeno, en general los mensajes expresan escepticismo: “Es plata del Ministerio del Interior, le pagó a estos impresentables para distraernos de los problemas con la droga y la inseguridad”, señala patoflip; “Sí, yo también tuve una aparición: encontré un Godzila del tamaño de un dedo en un panqueque”, sostiene emilySweet.
Una muy conocida marca de fiambres y chacinados, en tanto, se comunicó con la familia Sampietro para ofrecerles una heladera vidriada. La idea es que la “Virgencita del Jamón”, como ya se la conoce, pueda ser exhibida sin la necesidad de interrumpir la cadena de frío.
Transcurridos ya diez días del prodigio, lo cierto es que todavía ninguna autoridad científica o religiosa se ha pronunciado sobre el asunto, ni se ha hecho presente en el Barrio San Cayetano.
Pareidolia.
¿Y eso?
Es el fenómeno psicológico a partir del cual una persona afirma ver imágenes en donde sólo hay manchas, rayas, o cualquier otro patrón difuso.
Usted porque no cree. Esto es un evento ex-tra-or-di-na-rio, se equivoca al buscarle una explicación.
Es verdad, yo la toqué con el dedo y la virgencita estaba tibia. Conteste, ¿cómo puede ser que si el jamón está en la heladera ella esté tibia?
Algo recurrente en lo que casi todos los testimonios coinciden es en el tema del movimiento.
Hace así con la boca, como la seña del ancho falso en el truco y mueve la mano derecha. Nos está transmitiendo un mensaje que nosotros todavía no estamos preparados para comprender.
Pura sugestión.
Lo que yo digo. Supóngase que de verdad es una aparición milagrosa,  ¿para qué hacer señas? ¿Por qué directamente no habla?
Más allá de discusiones y teorías, en las últimas horas se ha producido una novedad relevante: la parroquia local finalmente ha decidido tomar cartas en el asunto y hace instantes acaba de concluir una reunión con la jerarquía eclesiástica zonal y autoridades de otros credos.
El encuentro ha resuelto constatar si la aparición de Cortínez se trata efectivamente de un milagro. Para ello, van a sacralizar dos rebanadas de pan tipo casero, que servirán para el traslado de la feta que contiene a la virgencita hasta la Basílica de Luján. Allí, autoridades eclesiásticas   practicarán en la imagen las pruebas de rigor.
La ceremonia de traslado se realizará el próximo domingo diecinueve, en coincidencia con la celebración de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa.
¡Mi-la-gro! ¡Mi-la-gro! ¡Mi-la-gro!
¡Qué milagro ni milagro, esto es pura superchería!
Mire, señora, yo vine a verla el lunes, el martes mi marido se decidió a pintar el frente de casa, a mí nadie va a venir a decirme qué es un milagro y qué no.
Si me permiten, estamos equivocando el eje de análisis, la pregunta que hay que hacerse aquí es si la materialización de esta imagen en una feta de fiambre es accidental o, por el contrario, un dato que revela algo importante.
¡¿Qué dice?!
Que evidentemente es una condena directa hacia una cultura pagana, carnívora y decadente. ¿No se dan cuenta? Aquí hay un claro mensaje vegetariano.
¡Cállese, no sea imbécil!
Como puede apreciarse, en la tranquila localidad de Cortínez se viven horas de agitación, y a la multitud que se congrega desde hace dos semanas frente a la casa de la familia Sampietro, ahora hay que sumar los fieles que provenientes de distintos puntos de la provincia han llegado al barrio San Cayetano y acampan en las cercanías para sumarse a la ceremonia de traslado del domingo.
La procesión, encabezada por la urna conteniendo la feta y las dos rebanadas de pan, partirá a las diez y media de la mañana desde el frente de la casa del milagro. La columna recorrerá la Avenida Néstor Spiga, arteria principal de Cortínez, para salir a la Ruta Nacional Número 7 y, acompañada por una caravana de automóviles, sortear los cuatro kilómetros que separan a la localidad de la Basílica de Luján.
Desde el municipio adelantan que se prepara una importante fiesta de celebración: habrá desfile de comparsas, música en vivo y un concurso escolar de manchas que premiará al retrato que más se asemeje a la Virgencita del Jamón.
Como creyente siento un gran alborozo, esto puede llegar a transformarse en un verdadero hito para nuestra comunidad. Si el prodigio hace feliz a la población de Cortínez, a mí como su Intendente elegido democráticamente también me hace feliz.
¿Y usted qué quiere decir?
Mi nombre es Atahualpa Cevallos, soy vidente y mentalista, matrícula 8803, en mi última sesión la virgencita me pasó un mensaje que quiere que transmita a la comunidad de Cortínez.
¡Ay, por favor, hagan callar a este charlatán!
¡Tranquilidad, señores! A ver, diga cuál es el texto del mensaje.
Dice así: “Hijos míos, despertad al alba, dejad que la vida vaya, luego, que regrese”.
¡Aleluya!
¡Aleluya! Cantemos todos: Señor / me has mirado a los ojos / sonriendo / has dicho mi nombre…
Atención, a escasas veinticuatro horas de la ceremonia de traslado, acaba de conocerse una noticia sobrecogedora. Según fuentes presentes en el lugar, en la mañana de hoy el abuelo de la familia Sampietro, un octogenario que al parecer sufriría de Alzheimer, bajó a desayunar y en circunstancias aún confusas se comió la feta de jamón donde se alojaba la aparición. Como suele ocurrir con los descuidos, todo se desencadenó en un par de fatídicos segundos. La dueña de casa, al bajar de su cuarto se encontró al anciano semidesnudo ya sentado a la mesa, el frasco abierto de la mayonesa, ante sí el plato vacío, y sólo atinó a lanzar un grito de espanto.
¡Apóstata! ¡Satanás!
¡Por favor, es una persona enferma!
¡Es un provocador! ¡Hay que lincharlo!
Según relatan los cronistas presentes en el lugar la noticia cayó como un baldazo de agua fría. Superada la conmoción inicial, la familia al parecer intentó que el anciano expulsase la imagen, pero todos los esfuerzos fueron inútiles. Al conocerse la novedad entre la multitud comenzó a gestarse un profundo malestar.
¡Sacrílego!
¡Delincuente!
En el lugar reina la confusión, hace unos minutos el anciano debió ser trasladado con una fuerte custodia a un centro de la tercera edad y un grupo de vecinas, sumidas en un violento estado de trance, comenzaron a sacudirse y a convulsionar en el medio de la calle. La casa de los Sampietro está siendo atacado a pedradas y la policía ha tenido que acordonar la cuadra.
La vocera de la familia, una hermana de la dueña de casa, salió para hablar con los medios.
¡Por favor! Fue una desgracia, un acto absolutamente irracional. Pido un poco de comprensión.
¡Atorranta!
¡Váyanse del barrio, es lo mejor que pueden hacer!
Les repito, señora, mi hermana y mi sobrino están destrozados. En nombre de la familia, yo lo único que puedo hacer es pedirles perdón.
Caprichosos e insondables, así son los caminos de la fe. Más allá del malhumor y de la exaltación que tarde o temprano se irán aplacando, conmueve ver a trabajadores, a grupos de ancianos, a familias completas vagando por las inmediaciones, resistiéndose a abandonar la zona. Hombres, mujeres y niños dominados por el estupor, preguntándose qué sucedió, a la espera de otro prodigio que les devuelva lo que les fue arrebatado tan absurdamente. Cortínez, ésta tranquila localidad de la pampa húmeda bonaerense, ¿será el sitio elegido para una nueva anunciación? ¿La Virgencita del Jamón le dará a esta buena gente una segunda oportunidad? Difícil predecirlo, en todo caso es el tiempo quien tendrá la última palabra. Hasta aquí Gerardo Lucich, LCB en español, Buenos Aires, Argentina.

domingo, 1 de marzo de 2015

Anestesia total

Desde la mitad en penumbras del estudio se escuchó una voz apremiante:
            - ¡Estamos en el aire!
Fanny Bordelois de Azcuénaga, la popular conductora del ciclo “Fanny de entrecasa”, dibujó una sonrisa en dirección a la luz colorada de la cámara:
            - ¡Hola amigas, cómo están! ¡Que dicen chicos!
A su lado, los dos asistentes, con barbijo, bata y guantes esterilizados, parecían dos extras de la serie “ER Emergencias”.
- Como deducirán por la indumentaria de Teo y Andy, hoy tenemos un trabajito especial, algo re-útil y entretenido para hacer con nuestras propias manos. Y para ello contamos con la ayuda invalorable ¿de quién?
La cámara abrió el plano y delante de conductora y asistentes apareció una camilla, y sobre ella un hombre robusto, cubierto hasta el cuello por una sábana blanca.
- ¡Claro que sí: de Elvio, el portero del Canal, que una vez más, muy gentil, se presta para una de nuestras experiencias! ¡Gracias Elvio! ¡Un fuerte aplauso!
Desde la penumbra se escuchó un parco entrechocar de palmas.
- Aunque mejor agradezcámosle dentro de un ratito, porque está dormido, ¿no es así?  
- Anestesia total –indicó el asistente llamado Teo.
- ¡Bien, muy bien! Bueno, queridas, a lo nuestro. ¿Qué sucede cuando nuestro marido, un tío, un amigo al que queremos mucho, viene de visita a casa y sufre una indisposición de estómago? Y claro, este querido amigo no se cuida en las comidas, abusa de las frituras, mucho café, mucho cigarrillo. Resultado: tiene una ulcera sangrante de estómago y necesita de nuestra ayuda. Lo que hoy vamos a ver es cómo practicar una sencilla operación de estómago en nuestra propia casa, y así ayudar a este ser que queremos tanto. ¿Preparados, chicos?
Los asistentes corrieron la sábana y el voluminoso abdomen del portero ocupó un primerísimo primer plano.
- Con un alicate, un pelapapas en desuso, ese cúter que compró para encuadernar la colección de Vogue y que después quedó olvidado en algún cajón, sin que nos tiemble el pulso hacemos la incisión...
Fanny hundió el cúter en la piel tirante y del tajo saltó un delgado hilo de sangre. El asistente Andy, con buenos reflejos, soltó un pedazo de gasa sobre la herida y el chorro cesó.
La conductora sonrió a cámara:
- El corte puede tener forma de curvita, de onda, con bordecito al bies, eso va en el gusto de cada cual. Una vez hecha la incisión, entre el montón de órganos y vísceras que conforman el interior del cuerpo humano, lógicamente, hay que localizar el estómago. Esta es la parte que a mí me da un poco de asquito y, para eso, tengo la suerte de contar con mis dos ángeles de la guarda, Teo y Andy. ¡Vamos, chicos, a meter la mano en la pancita de Elvio! ¡Un aplauso para mis asistentes!
De la penumbra volvieron a brotar dos mustios aplausos que se elevaron vibrando por unos segundos en el aire y decayeron de golpe. Andy, con la mano derecha introducida hasta la muñeca, revolvía buscando. Fanny volvió a sonreír:
- Pensemos, cuántas cosas beneficiosas se pueden hacer mientras una opera: como nuestras manos están ocupadas, podemos utilizar unas pesitas de arena en cada tobillo y con unas simples elevaciones hacia atrás y hacia los laterales, ir fortaleciendo cuadriceps, endureciendo glúteos...
Teo la interrumpió:
- ¡Fanny, creo que su pulso se está volviendo irregular!
La conductora, clavó los ojos de largas pestañas arqueadas en el rostro pálido del paciente:
- ¡Por ahí le está faltando oxígeno. ¿Por qué no le ponés esa mascarilla?
Obediente, el asistente colocó la máscara en la nariz y en la boca del portero. La conductora retomó:
- Dirán ustedes “hay en qué mala posición está Fanny para practicar la cirugía”. Es verdad, debemos cuidar la postura, siempre derechitas, los hombros para atrás; recuerden, la columna recta para evitar que salga esa joroba que tanto nos afea con vestidos de espalda descubierta.
De golpe, un chorro de sangre grueso como un dedo salto de la herida y bañó la cara de Teo, que emitió un chillido femenino. Fanny dio un respingo hacia atrás.
- ¡Epa, chicos, me van a poner a la miseria!
A Andy comenzaron a temblarle las manos. Tartamudeó:
            - ¡Es-está perdiendo demasiada sangre!
Una vez que consiguió limpiarse los ojos, Teo corrió fuera de cámara, volvió con un libro grueso y empezó a pasar las páginas:
- En caso de hemorragia abdominal inyectar un vaso constrictor. Si no funciona, entonces se debe administrar por vía subdural lidocaína al 5%, más epinefrina al 1%, para evitar los riesgos de una necrosis isquémica.
Fanny aplaudió:
            - ¡Muy bien, Teo, me encanta eso: un vaso constrictor! Amigas, un comentario al margen para tener en cuenta: este tipo de experiencias es importante realizarlas siempre en ambientes ventilados, con buena luz, si es posible con vista a un jardín. Si quieren pueden poner algo de música relajante, y recuerden previamente sanear el ambiente con las piedritas del Feng Shui, una en cada vértice del cuarto para equilibrar las energías.
Colocada la inyección, ahora Andy entreabría los párpados del portero para constatar la reacción. La cámara tomó un primer plano de las órbitas en blanco del paciente:
            - No hay caso, no reacciona…
Teo volvió al libro:
            - Lo que queda, entonces, es masaje cardíaco.
Fanny dio un brinco:
            - ¿Masaje cardíaco? ¡Perfecto! Ustedes taponen para que no vuelva a tirar sangre: de esta parte me encargo yo.
La conductora se inclinó sobre el cuerpo exánime del robusto Elvio:
- Observen, queridas, cómo al practicar el masaje cardíaco podemos trabajar toda esta zona del antebrazo y los tríceps, que con la edad a las mujeres se nos pone blanda y un poquito fofa.
Detrás de cámaras, se escuchó un rumor y un asistente se puso a agitar con violencia un cartel:
            - Bueno, me están indicando que se nos acaba el tiempo, así que yo voy a dejar a los chicos para que terminen y paso a mostrar el material necesario para nuestra experiencia de hoy.
La cámara siguió a la conductora, Fanny se movió unos pasos hacia la derecha, se ubicó junto a una pizarra y comenzó a enumerar:
            - Para una operación de estómago se necesita: un paciente con úlcera de estómago (si para practicar, previamente, consiguen a alguien del personal doméstico, o de maestranza del edificio donde viven, tanto mejor); un bisturí que como ya dijimos puede ser un pelapapas en desuso, un cúter o un alicate previamente esterilizado; hilo sisal, tanza o un par de cordones que quedaron de nuestras viejas zapatillas de running para suturar la herida;  algodón, fibra de vidrio o el relleno de algún almohadón que no necesitemos, para taponar la úlcera...
Mientras la conductora hablaba, en torno a la camilla se generó una violenta agitación, a los asistentes que iban y venían se agregó otra gente que cuchicheaba y daba órdenes. Con la sonrisa esculpida en el rostro, Fanny procuraba salvar la situación:
            - ¡Qué bochinche estamos haciendo hoy, chicos! Hay mucha alegría, seguramente debe ser el cumpleaños de alguien del equipo. Bueno, y ahora para cerrar, voy a pasar a mostrar un trabajito terminado.
Una mujer con uniforme de personal doméstico, se aproximó a la conductora:
- Ella es Olga, mi mucama, que se prestó generosamente. ¡Un aplauso para Olga!
De los controles esta vez no hubo respuesta.
            - A ver, querida, mostranos esa pancita.
La mujer, se desabotonó el uniforme y, roja como una remolacha, mostró el abdomen.
            - Fíjense que para la cicatriz de Olga elegimos la formita de la sonrisa. Luego, si quieren, con crayones o marcadores de colores podemos hacerle unos lindos dibujos decorativos. Y con esto, queridas, lamentablemente tenemos que irnos. Para la próxima nuestro tema va a ser: “construyendo nuestra propia piscina tántrica”. Luego tendremos una entrevista exclusiva con el especialista en rimmel ecológico Yael Swami Yaipur. ¡Hasta la próxima!
Cuando se apagó la luz colorada, Fanny estalló:
            - ¿PERO QUÉ MIERDA LES PASA QUÉ ARMAN SEMEJANTE QUILOMBO, ME QUIEREN DECIR?
Teo se acercó con expresión descompuesta:
            - El portero entró en paro. Llamamos al SAME y se lo llevaron.
Fanny reparó en dos desconocidos de traje que la observaban a un costado.
            - ¿Y esos, quienes son?
            - De la Policía, parece que alguien que estaba viendo el programa hizo la denuncia.
            - ¡Lo único que faltaba! ¿Y yo que tengo que ver? ¡Que hablen con el productor, él es el responsable!
Teo empezó a lloriquear y a retorcerse las manos
            - ¡Desapareció, Fanny! ¡Agarró sus cosas y se fue! ¡Te dije que esto estaba mal!
            - ¡Ay no seas maricón, haceme el favor! ¡El programa es una mierda pero algo hay que hacer, sino quedamos afuera, nos come la competencia!
Los desconocidos se acercaron, Fanny levantó un índice y los encaró desafiante:
            - ¿Quieren censurarme, atentar contra mi libertad de expresión? ¡Bien o mal este un programa didáctico, que ilustra al ama de casa!...
Uno de los policías la tomó del brazo.

            - ¡Qué hace, saque esa mano o no respondo! ¡Teo, comunicate con mi marido ya, llamalo al estudio! ¡Suelte, le digo! ¡Exijo hablar con mi abogado!