viernes, 6 de marzo de 2020

Tackle al cuello


PERSONAJES:
JUGADOR
ENTRENADOR


Entretiempo. Vestuario. Entra el JUGADOR con la pelota en las manos, embarrado, Se sienta en la banca. Se muestra nervioso, se incorpora, camina, vuelve a sentarse. Entra el ENTRENADOR.

ENTRENADOR (a alguien afuera): ¡Aguanta un segundo, Willy, que ya estoy! (cierra la puerta, al JUGADOR) ¿Qué te pasa? Rama, ¿qué te pasa? No entiendo. Decime, ¿qué te está pasando?

JUGADOR: Ufff, es que… mire,
couch

ENTRENADOR (consulta anotaciones en el display del celular): Minuto cinco, patada a cargar, vas corriendo como un kamikase, pegás el salto, de pronto estás arriba. ¿Y knock-on? ¡Hace cinco años que no hacés un knock-on!

JUGADOR: Sí, mire, couch

ENTRENADOR (consulta en el display): Minuto doce, situación confusa en un maul, se arma un ruck y vos en lugar de pasar terminás con la cara mirando el culo del hooker. ¿Qué te está pasando, Rama?

JUGADOR: Me resbalé y de pronto tenía el culo acá…

ENTRENADOR: A ver, decime, no sé, ¿te llevaste puesto a un ciclista con la chata?

JUGADOR: No, cómo dice eso, couch.

ENTRENADOR: ¿Embarazaste a una chinita?

JUGADOR: Por favor, yo me cuido.

ENTRENADOR: Bueno, ¿tenés, gente secuestrada en el sótano de tu casa como el Ale Puchio?

JUGADOR: No haga esos chistes, son de mal gusto.

ENTRENADOR: Bueno, entonces no entiendo, Rama, help me, ayudame a ayudarte.

JUGADOR: Es que no necesito ayuda.

ENTRENADOR: ¿Ah, no necesitás ayuda? Rama, vos sos un jugador excepcional, sos un líder. Pensá, ¿dónde están tus compañeros de división, eh? Jugando torneos de veteranos, en desafíos solteros contra casados. En cambio vos seguís resplandeciendo como un pibe de veinte.

JUGADOR (evasivo): No sé, couch, eso el lo que usted dice, yo no estoy tan de acuerdo. Para mí es como que yo…nada, yo estoy dejando todo.

ENTRENADOR: ¡¿Perdón?! ¿Dejando todo? ¡Rama, vos no estás dejando todo!

JUGADOR: Bueno, no sé, a ver, yo lo que creo es… ¿Qué todos cometemos errores? Bueno, sí, todos cometemos errores. ¿Qué todos a veces fallamos? Sí, todos a veces fallamos. Pero usted está poniendo sobre mis hombros un peso inconmensurable. Yo no me puedo hacer cargo de errores que (farfulla adrede, no se entiende) y somos quince, somos un equipo.

ENTRENADOR: Un equipo, exactamente. ¡Un equipo único, explosivo! ¡Quince gladiadores que hoy están jugando la final de sus vidas! Y vos te quedaste sin nafta, Rama. ¡Te quedaste sin nafta!

JUGADOR: Bueno, puede ser, sí, puede ser que hoy tenga Súper en vez de Infinia. Pero usted me conoce, sabe que yo voy para adelante como un tractor, entreno toda la semana, mire el cuello que tengo, lo miro a Serafo y ¡musculo, musculo, musculo!

ENTRENADOR: Sí, sí, sí, pero eso no se ve, hoy eso no existe. Hasta te veo dudoso de tacklear. ¡Y vos siempre fuiste una fiera tackleando!

JUGADOR: …

ENTRENADOR (cambiando): Me hacés acordar tanto a ARZ.

JUGADOR: ¿A quién?

ENTRENADOR: Arturito Rodríguez Zapiola. ¿No lo viste jugar?

JUGADOR: Vi videitos.

ENTRENADOR: ¡Ah, lo que era ese fenómeno! Un segunda línea digno de Los Pumas. ¡Cómo takleaba! ¡Y cómo saltaba en el line! Y ojo que en esa época no te podían ayudar, tenías que saltar solo. Nos entendíamos con solo mirarnos (volviendo) Bueno, pero ahora tenemos un problema vos y yo. Decime, con toda honestidad, ¿qué te pasa con el pilar?

JUGADOR (salta como un resorte de la banca): Que ¿qué me pasa con el pilar?

ENTRENADOR: Sí. ¿Qué te pasa con el pilar?

JUGADOR: ¿Qué me pasa?

ENTRENADOR: ¿Sos pavote? Es lo que te estoy preguntando.

JUGADOR: Usted dice puntualmente…

ENTRENADOR: Sí, puntualmente. el pilar derecho de ellos, Pico Pardo Mariátegui. ¿Qué te pasa? ¿Por qué no lo estás tackleando?

JUGADOR: ¿Ah, usted dice por esa jugada, que pega un amago por un lado, pega un amago por el otro y se viene por el ciego?

ENTRENADOR: Sí.

JUGADOR: ¿Y que entonces me encuentra a mí y se viene, se viene, se viene…?

ENTRENADOR: Sí.

JUGADOR: Usted me conoce, sabe que si yo te tengo que dar, te parto abajo.

ENTRENADOR: Sí.

JUGADOR: Porque ¿quién me enseñó?

ENTRENADOR: Yo te enseñé.

JUGADOR: ¿Y cómo se tacklea?

ENTRENADOR: ¿Pero me estás preguntando a mí cómo se tacklea?

JUGADOR: No, couch, es una pregunta retórica. Por supuesto que sé cómo se tacklea, se afirma el hombro (farfulla adrede, no se entiende) y se pega el hombrazo.

ENTRENADOR: Correcto, se pega el hombrazo.

JUGADOR: Y bueno, yo estoy ahí, en ese momento, me planto, trabo el hombro y de pronto, no sé, me imagino que soy Russell Crowe en medio de la arena romana. Gladiator, ¿la vio? ¡Un peliculón!

ENTRENADOR: Sí, un pelilculón.

JUGADOR: Son ese tipo de cosas a mí me suman.

ENTRENADOR: Suma, correcto: imagen heroica motivacional.

JUGADOR: Y entonces en ese momento digo: “¡Hey, men, agarrate este tackle!”

ENTRENADOR: Sí, ¿y?

JUGADOR: ¿Y?

ENTRENADOR: ¿Y?

JUGADOR: Y no.

ENTRENADOR: Y no, claro que no. Bueno, vení, sentate (el JUGADOR, abatido, se sienta en la banca y el ENTRENADOR se ubica a su lado) Rama, yo lo que necesito es que confíes en mí. Es la única manera de ayudarte. Es muy simple, me decís “couch, me pasa esto”, “couch, me pasa lo otro” Y lo arreglamos acá, entre vos y yo, entre estas cuatro paredes. No sale de acá y para mí se acabó, sefini, asunto cerrado. Hablá. Te escucho.

JUGADOR (luchando con lo que tiene que decir): Bueno, mire, couch, a mí… me pasan cosas.

ENTRENADOR: Cosas… ¿Qué cosas?

JUGADOR: Cosas, couch… Cosas que, no sé, que no puedo controlar, que me dominan, que son más fuertes que yo, que el rugby, que el club…

ENTRENADOR: ¡Epa!

JUGADOR: Que la familia, que el mundo, que el Universo.

ENTRENADOR: Mirá vos. ¿Are you sick?

JUGADOR: No lo sé. Puede ser. Puede ser, ahora que usted lo dice, que esté un poco sick.

ENTRENADOR: Explain me. Desarrollá el tema.

JUGADOR: Estoy en pleno juego, estamos ahí, pasándonos la pelota y de pronto es como que me salgo de mí mismo y me digo: “¡Hey, hey, men, Rama, wake up! ¿Qué hacés en medio de toda esta gente corriendo atrás de una pelota?

ENTRENADOR: ¡Epa! ¿Y entonces?

JUGADOR (alucinado): Es que yo, couch, en ese momento ya no veo una pelota.

ENTRENADOR: Ah, ¿no? ¿Y qué ves?

JUGADOR: Un corazón.

ENTRENADOR: ¡Epa!

JUGADOR: Veo que nos estamos pasando un corazón, palpitante, lleno de vida. Y de pronto miro a mis contrincantes y ya no veo a enemigos. ¿Sabe qué veo? Seres humanos, couch. Seres humanos que están ahí con sus bajezas y sus grandezas. Seres que se acercan con su 
personalidad, con sus creencias, con su cultura.

ENTRENADOR: ¿Con su cultura?

JUGADOR: Sí, seres que vienen hacia mí a intercambiar experiencias. Y es en ese momento cuando esta voz adentro mío me dice: “¡Hey, Rama, reaccioná, hay que  hacer el amor, no la guerra, man!…

ENTRENADOR: Y decime una cosa, ¿este fenómeno desde cuándo…?

JUGADOR (señala): Desde la última vez que jugamos contra este mismo equipo.

ENTRENADOR: ¡Ah, bueno, ya sé!

JUGADOR: ¡No, couch, espere, no haga conjeturas, mire, yo ahora voy a salir por esa puerta y le prometo que voy a ser el mismo Rama demoledor de siempre! Sí, porque yo ya me di cuenta que esto es una cuestión de concentración, de enfoque.

ENTRENADOR: ¿Ah, sí? ¿Y vos en quién te estás enfocando? (el JUGADOR acusa el impacto) No me digas nada, ya lo sé, en ese jugador excepcional, veloz para ser pilar, con mucha presencia en la cancha y muy pillo. Estoy hablando de Pico Pardo Mariátegui.

JUGADOR (descubierto): Sí, couch. Es él.

ENTRENADOR: Lo sabía. Como dijo Porta, o Mandela, no recuerdo bien, “esta noticia es como un tackle al cuello”.  Sin dudas fue mi error…

JUGADOR: No, couch.

ENTRENADOR: Sí, me distraje. ¿Cómo no me di cuenta? ¿Cómo no lo vi? Te dejé solo. Pero pará, pará, sin embargo vos en los últimos partidos estabas tackleando.

JUGADOR: ¡Acting, couch, acting! ¡Disimulé! De alguna manera pude ahogar esto que siento y pude ser el Rama imparable de siempre. Pero hoy, cuando entramos y lo vi ahí calentando. Estaba con las medias bajas y con sus gemelos al viento (el ENTRENADOR, oprime la pelota, paulatinamente se va excitando con la descripción), de pronto clava sus ojos en mí, con esa mirada penetrante, agarra el bidón, comienza a beber y de golpe el agua que se le chorrea y corre por sus pectorales bronceados (al ENTRENADOR se le cae la pelota al piso) ¡Couch, prométame que no va a decir nada, eh!

ENTRENADOR: Pero claro que no.

JUGADOR: ¡Prométamelo!

ENTRENADOR: ¡Quedate tranquilo, pichón, no seas pavote!

JUGADOR: Usted me conoce, yo había preparado todo, yo sabía que en algún momento ellos iban a atacar por el lado de Pico, porque es su estrella. Estaba preparado para ese momento y un segundo antes de dar el tackle… lo vi.

ENTRENADOR: ¿Qué viste?

JUGADOR (alucinado): Es difícil de explicar, porque por un lado yo veía que venía, venía, venía ese pilar salvaje hacia mí. Y por otro lado, veía un ser… como de luz.

ENTRENADOR: ¿De luz?

JUGADOR: Sí, como un alma llena de encanto, de inocencia, de alegría. No sé. Y cuando lo voy a tacklear lo vi tan vulnerable.

ENTRENADOR: ¡¿Vulnerable?! ¿Vulnerable a esa bestia de dos metros? ¡Con este asunto de que no lo estás tackleando ya nos metió cuatro tries seguidos y estamos veinticinco puntos abajo!

JUGADOR: ¡Sí, me bloqueé, couch, me bloqueé! No sé, en vez de tacklearlo me nacían ganas de darle un abrazo, de decirle: “¡Pucha, Pico, qué bien me hacés, viejo!”. Pero le advierto, couch, él también me ama. Y después del partido vamos a huir juntos.

ENTRENADOR: ¿Huir? ¿Adónde?

JUGADOR: No lo sé, al campo.

ENTRENADOR: ¿Al campo?

JUGADOR: A la Pampa Húmeda. A comenzar una vida de cero (en un increscendo) Entre los gauchos, la chacarera, el mate, la baguala, la chacarera doble, el facón, el fogón.

ENTRENADOR (con tono gauchesco): ¡Bueno, bueno, basta! Yo soy el entrenador /
y acá vengo a dar mi razón / el partido hay que jugarlo con tesón / y que Pico si quiere espere su turno / porque Rama, Rama es el campeón…

JUGADOR (aplaudiendo): ¡Bien, muy Vizcacha lo suyo, muy bien!

Suena un celular, el JUGADOR lo busca en el bolso.

ENTRENADOR: Te dije que acá lo silencies.

JUGADOR: Es Piquín. ¡Hola, Pico! (el ENTRENADOR le arrebata el teléfono) ¡No, qué hace!

ENTRENADOR: Hola, Pico…Sí, soy el couch. No, no cortés.Te quiero decir algo: lo que hacés es de poco caballero y de pésimo deportista... ¡No, señor, incide en el juego, claro que incide! Con este asunto que Rama no te está tackleando ya nos metiste cuatro tries al hilo, estamos veinticinco puntos abajo en la final y me decís que no incide! ¿A vos te parece bien eso, te parece bien? (tiempo, aparta el celular, al JUGADOR) Creo que está llorando (al celular) Hola, sí, hola… (al JUGADOR) Cortó (el JUGADOR le arrebata el celular)

JUGADOR: ¡Qué hace, couch, qué hace! Yo confiaba en usted.

ENTRENADOR: I’m so sorry.

JUGADOR: ¡Uf, adiós al campo, adiós a la chacarera! (vuelve a la banca, tiempo, cambiando) No, perdóneme usted. No sé qué tengo. Lo que me pasa no es normal.

ENTRENADOR: Bueno,  ¿qué es normal y que no es normal en esta vida, Rama? Te veo ahí sentado, en la misma banca en que estaba ARZ cuarenta años atrás, con ese físico torneado, la mirada penetrante y esa sonrisa perturbadora. Un día me dijo “me voy a Australia” y he broke my heart, me partió al medio (cambiando, se sienta junto al JUGADOR, le pone una mano en el hombro) Mirá, pichón  uno tiene que ser lo que es. Y vos tenés que “ser”, Rama!  La rivalidad y el amor no son incompatibles. Seguramente vas a ser feliz con Pico en la Pampa Húmeda, en la Pampa Seca, o donde sea. Pero ahora quiero que salgas a esa cancha y lo tacklees como nunca. Repeat conmigo: voy a tacklear y voy a ser.

JUGADOR (respondiendo paulatinamente): Voy a tacklear… y voy a ser.

ENTRENADOR (señalándole el centro del vestuario): ¡Párate ahí! ¡Repiqueteo! ¡Voy a tacklear y voy a ser!

JUGADOR (ocupando ese lugar y moviendo las piernas en repiqueteo): ¡Voy a tacklear y voy a ser!

ENTRENADOR (increscendo): ¡Voy a tacklear y voy a ser!

JUGADOR: ¡Voy a tacklear y voy a ser!

ENTRENADOR: ¡Voy a tacklear y voy a ser!

JUGADOR: ¡Voy a tacklear y voy a ser!

De golpe ambos comienzan a bailar y a cantar el haka neocelandéz.

ENTRENADOR Y JUGADOR:
Ka mate! Ka mate! Ka ora! Ka ora!
Ka mate! Ka mate! Ka ora! Ka ora!
Tenei te tangata puhuruhuru
Nana i tiki mai
Whakawhiti te ra
A upane! ka upane!
A upane kaupane whiti te ra!
Hi!!!

APAGÓN