miércoles, 22 de julio de 2020

Crónicas de Radio Cracovia

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Cronista: Hola, como están ustedes, nosotros aquí en esta mañana húmeda en el bajo porteño, Leandro N. Alem al 700, en la sede de AEVRA, la Asociación de Estatuas Vivientes de la República Argentina.
Acaba de finalizar la reunión convocada por el gremio para analizar la crisis que están viviendo los trabajadores y trabajadoras del sector, tras declararse en marzo último la cuarentena sanitaria para hacer frente al coronavirus.
Hay que recordar que junto al rubro hotelero, la confección de ropa, juegos de azar, actividades deportivas, las peluquerías y las agencias de viaje, las estatuas vivientes son uno de los sectores laborales más castigados desde el 20 de marzo último.
El encuentro, que comenzó a las 11 horas, se desarrollo en el salón Augusto Rodin del primer piso y estuvo convocado por Juan Antonio Pesatti, el Secretario General de AEVRA. Y para quien les habla -tengo que confesar- aunque estoy habituado a conferencias de prensa y protestas gremiales de la más diversa índole, fue una experiencia por demás curiosa.
En principio, los asistentes, unos cuatrocientos trabajadores provenientes de todo el país, que ocupaban el auditorio, con su ropa, su maquillaje blanco y sus pedestales, se mantuvieron en todo momento inmóviles, prolijamente alineados y en absoluto silencio. Y por otro la conducción, que junto al secretario general, habló por turnos analizando la crisis del sector, también se mostró fría, cauta en sus arengas, y cada dos minutos interrumpía el discurso y había que ponerle una moneda para que continuase.
Entre las medidas votadas, la AEVRA decidió presentar un petitorio en el Ministerio de Trabajo, e iniciar un plan de lucha por el regreso a las plazas y una ayuda estatal de veinte mil pesos pagaderos en monedas de un peso y depositadas de a una en las alcancías metálicas utilizadas en las performances por estos trabajadores del arte.
En la reunión, los representantes de la Sección Capital, presentaron además una denuncia contra el Museo Nacional de Bellas Artes, que puso como condición para contratar a algunos asociados, serrucharles los brazos y las piernas para que pudiesen ser exhibidos junto con las obras del Salón de Escultura  Griega y Romana.
Tras el encuentro, una nutrida columna encabezada por el Secretario General de AEVRA partió por Avenida Alem hacia el Ministerio de Trabajo, que está apenas a unas cuadras, pero calculan que estarían llegando a primeras horas de la tarde, ya que como se sabe, las estatuas vivientes no son precisamente rápidas.
Por el momento eso es todo desde acá, un saludo y cualquier novedad volvemos, adelante ustedes.


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Cronista: Hola, gracias amigos de Cracovia, cómo andan. En esta mañana invernal estamos en la calle Falucho al 200 de la localidad bonaerense de Ingeniero Budge, en el frente de un domicilio donde hace unas horas ingresó un grupo de malvivientes y amordazando a toda una familia, se alzo con lo que pudo transportar en un vehículo estacionado previamente en la puerta y que, como no hay cámaras en el barrio, todavía no se ha podido identificar.
En el momento del ilícito, los cacos por suerte no ejercieron violencia contra sus víctimas y antes de retirarse sucedió algo asombroso: ocurre que por estos días, los Martinotti, ese es el apellido de los damnificados, estaba haciendo arreglos por filtraciones y pintando la vivienda;  al parecer antes de emprender la huida los malvivientes les dieron una mano completa de pintura a un cuarto y al living comedor de la casa, cielorraso y aberturas incluidas.
Los investigadores tejen varias hipótesis, la más firme indica que la banda es nueva en el delito y posiblemente antes de optar por la mala senda, poseía una empresa de pintura e impermeabilización. La Doctora María Elena Smith, Fiscal interviniente, sostiene que hacia allí se orientan las investigaciones.
Como dato extra, Jorge Martinotti, el vocero de la familia, se mostró agradecido por el gesto y sostuvo que los atacantes hicieron un trabajo tan profesional que los ambientes intervenidos no necesitarían una segunda mano.
Por el momento eso es todo desde acá, cualquier novedad nos comunicamos, un saludo y adelante ustedes.


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Cronista: Buenas tardes, cómo andan ustedes. Hoy estamos en la localidad  de San Andrés de Giles, urbe de unos 13.000 habitantes distante a unos 90 kilómetros de la Capital Federal. Nos ha traído hasta aquí un hecho por demás curioso. Parece que tras una denuncia del personal de limpieza de la conocida discoteca local “Aeropuerto”, finalmente se localizó en sus instalaciones, más precisamente en su pista de baile, a Oscar “El Oso” Sosa, un conocido ex futbolista, trabajador municipal y relacionista público local, quien tras una misteriosa desaparición venía siendo intensamente buscado desde el sábado 21 de marzo próximo pasado. Oscar El Oso Sosa fue encontrado a oscuras, semi congelado y meciéndose en la amplia pista vacía del local bailable, cerrado desde que se dispuso la cuarentena por la pandemia que afecta nuestro país y al mundo desde hace seis meses.
Al parecer, cuando tras la denuncia ingresaron las autoridades locales acompañadas por médicos del SAME y descubrieron a El Oso Sosa, este, al verlos primero saludó, luego dejó de bailar y finalmente perdió el conocimiento cayendo al piso.
Según se pudo reconstruir, la noche del sábado 21 de marzo el infortunado había asistido a “Aeropuerto” que se hallaba al tope y con la música a todo volúmen. Sosa estaba bailando con la señorita Gladys Nidia Barbieri, peluquera y cosmetóloga local, cuando en mitad del tema “Movidito, movidito”, del cantautor Sebastián, la dama le pidió que lo esperara porque debía trasladarse hasta el toilette.
Según fuentes acreditadas, el Oso Sosa se mantuvo en la pista a la espera. En ese preciso momento se hicieron presentes autoridades municipales para declarar el inicio de la cuarentena y el desalojo de la boite. Sosa, tal vez presa de un ataque de pánico, o por orgullo, o quizás para no desairar a la dama que estaba conquistando, se mantuvo bailando en la pista primero toda esa noche, luego el día siguiente, y luego el siguiente, hasta llegar a los ciento nueve que viene durando el aislamiento desde que se desató el virus.
Mientras tanto era intensamente buscado por familiares y autoridades locales por la ciudad y parajes vecinos. Los empleados de limpieza, incluso, aseguraron que seguía bailando “Movidito, movidito” y repetía su letra.
Hace instantes, El Oso Sosa fue trasladado al hospital municipal y nos informan que está sedado, con respiración asistida y que sufre un severo cuadro de deshidratación.
Nosotros intentaremos ubicar Gladys Nidia Barbieri, su pareja de esa noche, para ver si nos puede agregar algún detalle más a la historia. Cualquier novedad nos comunicamos y volvemos, un saludo cordial y adelante ustedes.