Personajes:
Mariela
Nico
Interior
de un baño, Nico está en la ducha enjabonándose y Mariela del otro lado de la cortina, ante el espejo, se
saca el maquillaje.
MARIELA (llorosa): Lo pienso y no lo puedo creer.
NICO: Bueno, aflojá, Mari.
Corriendo la cortina y mirándole el pene.
MARIELA: Haceme el favor, volvé a mirarlo.
NICO: No puedo.
MARIELA: ¡Miralo, Nico!
NICO: No puedo. Me da impresión.
MARIELA: Ah, ¿te da impresión? ¿Y a mí, no me da impresión?
Tiempo.
NICO: Bueno, Mari, pongámosle onda.
MARIELA: ¿Pongámosle onda? Y decime, ¿cómo hacemos? ¿cómo le ponemos onda a esto?
NICO: Y yo qué sé. Pasan cosas peores.
MARIELA: ¿Por ejemplo?
NICO: No sé… Que hubiera vuelto sin nada, por ejemplo.
MARIELA: ¡Ay, cállate, qué decís!
NICO: ¡Bueno, entonces, Mari, te pido por favor que hablemos de otra cosa! (entrando en crisis) ¡Vos no parás, no parás y yo no quiero ponerme más nervioso de lo que estoy!
Mariela descorre de nuevo la cortina, le acaricia la cara.
MARIELA: Tenés razón, amor, perdóname.
NICO: No perdóname vos, me descontrolé. Ya está. Vamos a tranquilizarnos los dos y vas a ver que vamos a encontrarle una solución.
Tiempo. Con resquemor Nico comienza a estudiar su pene, lo observa, lo mueve para una lado y para otro.
NICO: Es raro, ¿sabés?, es como tener…
MARIELA: No es Nikito.
NICO: Evidentemente no.
MARIELA: Lo que no entiendo es cómo tardaste veinticuatro horas en darte cuenta. Explicame, ¿cómo alguien tarda un día entero en darse cuenta que hay una parte de su cuerpo que no es suya?
NICO: No sé, Mari.
MARIELA: ¿Anoche cuando llegamos no te bañaste?
NICO: Sí, pero uno se baña como con piloto automático. Anoche estaba cansadísimo, la verdad que no me fijé.
MARIELA: Volvé a llamar.
NICO: Ya llamé tres veces
MARIELA: Llamá cuatro.
NICO: Pero ahora me estoy bañando, Mari.
Tiempo.
NICO: Yo no quería ir.
MARIELA: ¡Ahí está! Ya sabía que en algún momento iba a llegar: “Yo no quería ir”, por ende ¿de quién es la culpa?
NICO: Nadie es culpable de nada, Mari. Es un comentario, nada más…Pero reconocé que sos vos la de esas fantasías.
MARIELA: Ah, claro, porque el señor nunca fue a un club swinger y es la depravada esta la que lo obliga. ¡Con la harpía esa seguro que no ibas!
NICO: Con Alicia…
MARIELA: ¡No la nombres!
NICO: Con ´la harpía esa´ era distinto.
MARIELA: ¿Y por qué era distinto?
NICO: Teníamos muchos problemas. ¡Mari, no tiene sentido que ahora nos pongamos a hablar de mi ex! Lo que te digo es que yo con nuestra vida sexual estoy contento.
MARIELA: ¡Sí, seguro!
NICO: A ver, amor, toda pareja tiene sus temporadas altas y sus temporadas bajas, es como con el turismo, como con los pasajes aéreos. Y eso no quiere decir nada. Además decís “el señor nunca fue a un club swinger” como si yo fuese todos los sábados. Con “la harpía esa” fui una sola vez.
MARIELA: Suficiente. Por lo tanto no vengas ahora con que yo soy la pervertida.
NICO: ¿Y cuándo dije que vos eras una pervertida?
MARIELA (suspirando): Okey.
NICO: Okey.
MARIELA: Quisimos los dos.
NICO: Quisimos los dos.
Tiempo. Mariela lucha con lo que tiene que decir, desde el otro lado de la cortina Nico espera hasta que ya no puede.
NICO: ¿Qué hay?
MARIELA: Otra cosa que no me entra en la cabeza: ¿cómo alguien puede ir a un lugar como ese y venir con el miembro de otro, Nico? (lloriquea) ¡Sólo a vos te pasan esas cosas, sólo a vos!
NICO: Bueno, no fue a propósito.
MARIELA: Por favor, necesito que lo repases de nuevo: nosotros entramos…
NICO: Entramos y en el living estaba el matrimonio ese tan agradable de Necochea.
MARIELA: Yolanda y César.
NICO: Yolanda y César. Tomamos una copa, después vos tomaste otra copa y te sentaste con el marido en uno de los sillones y yo con la mujer. Después… empezó a pasar lo que tenía que pasar, ¿te tengo que describir con lujo de detalles, Mari?
MARIELA: No, no, hasta ahí ya lo sé. Yo estaba con el tal César, nos besábamos, pero cuando en un momento miré para tu lado habían desaparecido.
NICO: La mujer, en un momento me dice “dejémoslos solos”, me agarra de la mano y pasamos a la habitación de al lado.
MARIELA: ¿Y?
NICO: Y ahí sí que se puso picante.
MARIELA: ¿Qué había?
NICO: ¡Mucha gente, Mari! Eran dos camas King-size con mucha gente. Todos en bolas, no se entendía qué cosa era qué ni a quien pertenecía, ¿me entendés? ¡Era un despelote!
MARIELA: ¿Cuántos había?
NICO: Qué se yo, diez, doce.
MARIELA: Una vergüenza.
NICO: No, más bien una orgía.
MARIELA: ¿Y?
NICO: Y la chica esta, Yolanda, al principio no quería, después empezó a querer, al final entramos en esa vorágine y hasta ahí sé.
MARIELA: ¿Cómo “hasta ahí sé”?
NICO: Claro, no sé cuántas veces, ni con quién, ni por dónde. Entré como en un lockout, en una nebulosa, nunca me pasó algo así. ¿Qué querés que te diga?
MARIELA: ¿QUÉ QUÉ QUIERO QUE ME DIGAS? UNA SOLA COSA QUIERO QUE ME DIGAS: CÓMO PUEDE SER QUE HAYAS PERDIDO TU PITO Y HAYAS VUELTO CON EL DE OTRO, NICO. ¡ESO QUIERO QUE ME DIGAS!
NICO: Bueno, pará que vas a despertar a papá y a los chicos.
Tiempo.
MARIELA: ¿Como podés ser tan insensible? Nico, ¿cómo podés ser tan frívolo?
NICO: ¿Por qué decís eso?
MARIELA: No es cualquier parte de tu cuerpo, hablamos de Nikito (lloriquea)
NICO: Bueno, Mari.
MARIELA: Yo había establecido una relación, vos me conocés, soy de encariñarme. Había una familiaridad, una empatía, yo le hablaba.
NICO: ¿Le hablabas?
MARIELA: Le hablaba mentalmente, es una forma de decir. Yo sabía lo que a él le gustaba, él sabía lo que me gustaba a mí.
NICO: Ya lo sé, amor.
MARIELA: Y a vos te parece que así como así yo puedo reemplazarlo por otro (descorre de golpe la cortina y lo señala, acusadora) A ver, ese que tenés ahora, ¿cómo se llama? ¿Cuáles son sus hábitos? ¿Cómo se levanta, cómo se despereza en la mañana, qué le gusta? ¿Vos lo sabés?
NICO: No.
MARIELA: Y bueno, yo tampoco.
Tiempo. Le da el celular
MARIELA: Tomá, llamá de nuevo.
NICO: Pero ¿me puedo terminar de duchar?
MARIELA: ¡No, no podés! Tenés que llamar a ese lugar, Nico, esto tenemos que solucionarlo ya.
Nico llama a desgano.
NICO: Hola, sí, ¿Sweet Club & Temtation?... Buenas noches, señor, quiero hacerle una consulta: anoche mi señora y yo asistimos a una reunión. ¿Por casualidad no quedó algo olvidado?... (a Mariela) Me pregunta algo como qué.
MARIELA: ¡Y decile!
NICO: Como un pene, señor, algo como un miembro masculino. Es que luego del encuentro, vio como es este deporte, hay mucha fricción, deporte de contacto, jejeje.
MARIELA: ¡No seas pelotudo!
NICO: Es que estoy nervioso, Mari (al celular) Perdón, señor, le decía que luego del encuentro no me di cuenta y me vine con el pene de otro, ¿me comprende?... Sí, sí, claro, vaya.
MARIELA: ¿Qué dice?
NICO: Dice que se fue a fijar. Mari, ¿puedo terminar de bañarme? Me voy a enfriar.
MARIELA: No señor, vos lo perdiste, vos lo encontrás.
NICO: Uff (tiempo, espera) Hola, sí señor… ¿A qué hora fue? Y esto fue a la noche (a Mariela) ¿A qué hora fuimos?
MARIELA: Once.
NICO: A las once…. Ah, de anoche nada… Ah (a Mariela) Dice que tiene dos prótesis de glúteo y tres consoladores pero que son del grupo de la tarde (al celular) Okey, muchas gracias, señor... Si no le molesta... Okey, adios, muy amable (a Mariela) Me dijo que si llega a llamar alguien preguntando por su miembro va a tomarle el número y que yo lo vuelva a llamar en dos o tres días.
MARIELA: ¡Dos o tres días, Nico!
NICO: Y bueno, ¿qué querés que haga el tipo?
MARIELA: Qué te pase el listado de la gente que participó de la orgía esa y listo.
NICO: Pero no seas ingenua, ¿vos te crees que la gente que fue deja sus datos personales? (le alcanza el celular) ¡Tomá el teléfono! Ahora por favor dejame terminar de bañarme.
Tiempo.
NICO: Mari.
MARIELA: ¿Qué?
NICO: El calefón está en tres, ¿no?
MARIELA: Sí, ¿por qué preguntás?
NICO: No sé, es raro, el agua no está demasiado caliente pero sin embargo…
MARIELA (corre la cortina y mira): ¡Ay, no seas asqueroso!
Mariela vuelve al espejo.
NICO: Sí, sí, el nuevo se está desperezando, estamos inaugurando la primera erección y te digo que… ¡Jo jo jo, guau, mirá, Mari, mirá lo que es esto! ¡Por Dios!
Mariela vuelve a correr la cortina, queda impactada, se vuelve al espejo.
NICO: ¡Jo jo jo, sí que es distinta, es bien distinta!
MARIELA: Bueno, s-sí, no sé, Nico, creo que es bastante más… decidida, ¿no? Más emprendedora… más… ¡Qué calor que está haciendo en este baño!
NICO (en la suya, aúlla y juega con su pene): ¡Jo jo jo! ¡Auuuuu auuuu! ¡Toin, toin! ¡Cuidado que voy a cruzar! ¡Permiso! ¡Toin toin! ¡Aaauuuu! ¡Es tremenda!
Mariela comienza a desmaquillarse a velocidad y a deshacerse con apuro de los trozos de algodón sucios.
MARIELA: ¡Shhht, bajá la voz! Hagamos algo, seamos prácticos, Nico, ¿en cuánto dijiste que tenías que volver a llamar al lugar ese?
NICO: Me dijo en dos o tres días.
MARIELA: Quien dice tres, dice cuatro. Escuchá esto: dejemos el drama y tomémoslo como una vacación, ¿qué te parece? Una breve vacación. Y en las vacaciones, ¿uno que hace?
NICO: ¿Qué hace?
MARIELA: Uno sale de la rutina. Uno se permite probar lo nuevo, lo nunca experimentado. Vive sus fantasías.
NICO: Sus fantasías secretas. Tal cual.
MARIELA: ¿Cuánto te falta?
NICO: Me enjuago la cabeza y estoy.
MARIELA: Dale. Yo cierro con llave por los chicos, pongo las sábanas de raso, cubro el velador con el pañuelo y te espero.
NICO: ¡Seeee!
MARIELA: Desnudita. Apurate.
NICO: ¡Seeee!
Mariela sale. Nico cierra el agua de la ducha, se mira el pene, sonríe.
APAGÓN
MARIELA (llorosa): Lo pienso y no lo puedo creer.
NICO: Bueno, aflojá, Mari.
Corriendo la cortina y mirándole el pene.
MARIELA: Haceme el favor, volvé a mirarlo.
NICO: No puedo.
MARIELA: ¡Miralo, Nico!
NICO: No puedo. Me da impresión.
MARIELA: Ah, ¿te da impresión? ¿Y a mí, no me da impresión?
Tiempo.
NICO: Bueno, Mari, pongámosle onda.
MARIELA: ¿Pongámosle onda? Y decime, ¿cómo hacemos? ¿cómo le ponemos onda a esto?
NICO: Y yo qué sé. Pasan cosas peores.
MARIELA: ¿Por ejemplo?
NICO: No sé… Que hubiera vuelto sin nada, por ejemplo.
MARIELA: ¡Ay, cállate, qué decís!
NICO: ¡Bueno, entonces, Mari, te pido por favor que hablemos de otra cosa! (entrando en crisis) ¡Vos no parás, no parás y yo no quiero ponerme más nervioso de lo que estoy!
Mariela descorre de nuevo la cortina, le acaricia la cara.
MARIELA: Tenés razón, amor, perdóname.
NICO: No perdóname vos, me descontrolé. Ya está. Vamos a tranquilizarnos los dos y vas a ver que vamos a encontrarle una solución.
Tiempo. Con resquemor Nico comienza a estudiar su pene, lo observa, lo mueve para una lado y para otro.
NICO: Es raro, ¿sabés?, es como tener…
MARIELA: No es Nikito.
NICO: Evidentemente no.
MARIELA: Lo que no entiendo es cómo tardaste veinticuatro horas en darte cuenta. Explicame, ¿cómo alguien tarda un día entero en darse cuenta que hay una parte de su cuerpo que no es suya?
NICO: No sé, Mari.
MARIELA: ¿Anoche cuando llegamos no te bañaste?
NICO: Sí, pero uno se baña como con piloto automático. Anoche estaba cansadísimo, la verdad que no me fijé.
MARIELA: Volvé a llamar.
NICO: Ya llamé tres veces
MARIELA: Llamá cuatro.
NICO: Pero ahora me estoy bañando, Mari.
Tiempo.
NICO: Yo no quería ir.
MARIELA: ¡Ahí está! Ya sabía que en algún momento iba a llegar: “Yo no quería ir”, por ende ¿de quién es la culpa?
NICO: Nadie es culpable de nada, Mari. Es un comentario, nada más…Pero reconocé que sos vos la de esas fantasías.
MARIELA: Ah, claro, porque el señor nunca fue a un club swinger y es la depravada esta la que lo obliga. ¡Con la harpía esa seguro que no ibas!
NICO: Con Alicia…
MARIELA: ¡No la nombres!
NICO: Con ´la harpía esa´ era distinto.
MARIELA: ¿Y por qué era distinto?
NICO: Teníamos muchos problemas. ¡Mari, no tiene sentido que ahora nos pongamos a hablar de mi ex! Lo que te digo es que yo con nuestra vida sexual estoy contento.
MARIELA: ¡Sí, seguro!
NICO: A ver, amor, toda pareja tiene sus temporadas altas y sus temporadas bajas, es como con el turismo, como con los pasajes aéreos. Y eso no quiere decir nada. Además decís “el señor nunca fue a un club swinger” como si yo fuese todos los sábados. Con “la harpía esa” fui una sola vez.
MARIELA: Suficiente. Por lo tanto no vengas ahora con que yo soy la pervertida.
NICO: ¿Y cuándo dije que vos eras una pervertida?
MARIELA (suspirando): Okey.
NICO: Okey.
MARIELA: Quisimos los dos.
NICO: Quisimos los dos.
Tiempo. Mariela lucha con lo que tiene que decir, desde el otro lado de la cortina Nico espera hasta que ya no puede.
NICO: ¿Qué hay?
MARIELA: Otra cosa que no me entra en la cabeza: ¿cómo alguien puede ir a un lugar como ese y venir con el miembro de otro, Nico? (lloriquea) ¡Sólo a vos te pasan esas cosas, sólo a vos!
NICO: Bueno, no fue a propósito.
MARIELA: Por favor, necesito que lo repases de nuevo: nosotros entramos…
NICO: Entramos y en el living estaba el matrimonio ese tan agradable de Necochea.
MARIELA: Yolanda y César.
NICO: Yolanda y César. Tomamos una copa, después vos tomaste otra copa y te sentaste con el marido en uno de los sillones y yo con la mujer. Después… empezó a pasar lo que tenía que pasar, ¿te tengo que describir con lujo de detalles, Mari?
MARIELA: No, no, hasta ahí ya lo sé. Yo estaba con el tal César, nos besábamos, pero cuando en un momento miré para tu lado habían desaparecido.
NICO: La mujer, en un momento me dice “dejémoslos solos”, me agarra de la mano y pasamos a la habitación de al lado.
MARIELA: ¿Y?
NICO: Y ahí sí que se puso picante.
MARIELA: ¿Qué había?
NICO: ¡Mucha gente, Mari! Eran dos camas King-size con mucha gente. Todos en bolas, no se entendía qué cosa era qué ni a quien pertenecía, ¿me entendés? ¡Era un despelote!
MARIELA: ¿Cuántos había?
NICO: Qué se yo, diez, doce.
MARIELA: Una vergüenza.
NICO: No, más bien una orgía.
MARIELA: ¿Y?
NICO: Y la chica esta, Yolanda, al principio no quería, después empezó a querer, al final entramos en esa vorágine y hasta ahí sé.
MARIELA: ¿Cómo “hasta ahí sé”?
NICO: Claro, no sé cuántas veces, ni con quién, ni por dónde. Entré como en un lockout, en una nebulosa, nunca me pasó algo así. ¿Qué querés que te diga?
MARIELA: ¿QUÉ QUÉ QUIERO QUE ME DIGAS? UNA SOLA COSA QUIERO QUE ME DIGAS: CÓMO PUEDE SER QUE HAYAS PERDIDO TU PITO Y HAYAS VUELTO CON EL DE OTRO, NICO. ¡ESO QUIERO QUE ME DIGAS!
NICO: Bueno, pará que vas a despertar a papá y a los chicos.
Tiempo.
MARIELA: ¿Como podés ser tan insensible? Nico, ¿cómo podés ser tan frívolo?
NICO: ¿Por qué decís eso?
MARIELA: No es cualquier parte de tu cuerpo, hablamos de Nikito (lloriquea)
NICO: Bueno, Mari.
MARIELA: Yo había establecido una relación, vos me conocés, soy de encariñarme. Había una familiaridad, una empatía, yo le hablaba.
NICO: ¿Le hablabas?
MARIELA: Le hablaba mentalmente, es una forma de decir. Yo sabía lo que a él le gustaba, él sabía lo que me gustaba a mí.
NICO: Ya lo sé, amor.
MARIELA: Y a vos te parece que así como así yo puedo reemplazarlo por otro (descorre de golpe la cortina y lo señala, acusadora) A ver, ese que tenés ahora, ¿cómo se llama? ¿Cuáles son sus hábitos? ¿Cómo se levanta, cómo se despereza en la mañana, qué le gusta? ¿Vos lo sabés?
NICO: No.
MARIELA: Y bueno, yo tampoco.
Tiempo. Le da el celular
MARIELA: Tomá, llamá de nuevo.
NICO: Pero ¿me puedo terminar de duchar?
MARIELA: ¡No, no podés! Tenés que llamar a ese lugar, Nico, esto tenemos que solucionarlo ya.
Nico llama a desgano.
NICO: Hola, sí, ¿Sweet Club & Temtation?... Buenas noches, señor, quiero hacerle una consulta: anoche mi señora y yo asistimos a una reunión. ¿Por casualidad no quedó algo olvidado?... (a Mariela) Me pregunta algo como qué.
MARIELA: ¡Y decile!
NICO: Como un pene, señor, algo como un miembro masculino. Es que luego del encuentro, vio como es este deporte, hay mucha fricción, deporte de contacto, jejeje.
MARIELA: ¡No seas pelotudo!
NICO: Es que estoy nervioso, Mari (al celular) Perdón, señor, le decía que luego del encuentro no me di cuenta y me vine con el pene de otro, ¿me comprende?... Sí, sí, claro, vaya.
MARIELA: ¿Qué dice?
NICO: Dice que se fue a fijar. Mari, ¿puedo terminar de bañarme? Me voy a enfriar.
MARIELA: No señor, vos lo perdiste, vos lo encontrás.
NICO: Uff (tiempo, espera) Hola, sí señor… ¿A qué hora fue? Y esto fue a la noche (a Mariela) ¿A qué hora fuimos?
MARIELA: Once.
NICO: A las once…. Ah, de anoche nada… Ah (a Mariela) Dice que tiene dos prótesis de glúteo y tres consoladores pero que son del grupo de la tarde (al celular) Okey, muchas gracias, señor... Si no le molesta... Okey, adios, muy amable (a Mariela) Me dijo que si llega a llamar alguien preguntando por su miembro va a tomarle el número y que yo lo vuelva a llamar en dos o tres días.
MARIELA: ¡Dos o tres días, Nico!
NICO: Y bueno, ¿qué querés que haga el tipo?
MARIELA: Qué te pase el listado de la gente que participó de la orgía esa y listo.
NICO: Pero no seas ingenua, ¿vos te crees que la gente que fue deja sus datos personales? (le alcanza el celular) ¡Tomá el teléfono! Ahora por favor dejame terminar de bañarme.
Tiempo.
NICO: Mari.
MARIELA: ¿Qué?
NICO: El calefón está en tres, ¿no?
MARIELA: Sí, ¿por qué preguntás?
NICO: No sé, es raro, el agua no está demasiado caliente pero sin embargo…
MARIELA (corre la cortina y mira): ¡Ay, no seas asqueroso!
Mariela vuelve al espejo.
NICO: Sí, sí, el nuevo se está desperezando, estamos inaugurando la primera erección y te digo que… ¡Jo jo jo, guau, mirá, Mari, mirá lo que es esto! ¡Por Dios!
Mariela vuelve a correr la cortina, queda impactada, se vuelve al espejo.
NICO: ¡Jo jo jo, sí que es distinta, es bien distinta!
MARIELA: Bueno, s-sí, no sé, Nico, creo que es bastante más… decidida, ¿no? Más emprendedora… más… ¡Qué calor que está haciendo en este baño!
NICO (en la suya, aúlla y juega con su pene): ¡Jo jo jo! ¡Auuuuu auuuu! ¡Toin, toin! ¡Cuidado que voy a cruzar! ¡Permiso! ¡Toin toin! ¡Aaauuuu! ¡Es tremenda!
Mariela comienza a desmaquillarse a velocidad y a deshacerse con apuro de los trozos de algodón sucios.
MARIELA: ¡Shhht, bajá la voz! Hagamos algo, seamos prácticos, Nico, ¿en cuánto dijiste que tenías que volver a llamar al lugar ese?
NICO: Me dijo en dos o tres días.
MARIELA: Quien dice tres, dice cuatro. Escuchá esto: dejemos el drama y tomémoslo como una vacación, ¿qué te parece? Una breve vacación. Y en las vacaciones, ¿uno que hace?
NICO: ¿Qué hace?
MARIELA: Uno sale de la rutina. Uno se permite probar lo nuevo, lo nunca experimentado. Vive sus fantasías.
NICO: Sus fantasías secretas. Tal cual.
MARIELA: ¿Cuánto te falta?
NICO: Me enjuago la cabeza y estoy.
MARIELA: Dale. Yo cierro con llave por los chicos, pongo las sábanas de raso, cubro el velador con el pañuelo y te espero.
NICO: ¡Seeee!
MARIELA: Desnudita. Apurate.
NICO: ¡Seeee!
Mariela sale. Nico cierra el agua de la ducha, se mira el pene, sonríe.
APAGÓN