Personajes
Mirko
Viorel
1
Puesto de avanzada, sacos apilados, alambres de púa, sobre la derecha barrera
levadiza. El Sargento Mirko Hodzic vigila hacia platea con los binoculares, el Cabo Viorel Jovanovic tiembla
bajo un capote mientras practica un jueguito online con el celular. Tiempo.
MIRKO:
Jancovic es el que estuvo siempre al mando. El Comandante Milos Jancovic. Y
parece que con este Katunaric hicieron juntos la academia y la pica viene de
esa época.
Viorel no escucha. Tiempo.
MIRKO: El tipo cae, así, sin ningún anuncio como observador y como tienen la
misma graduación Jancovic no le puede decir nada. Entonces el otro empieza con
los comentarios irónicos, se ríe, lo desautoriza…
Viorel ídem. Tiempo.
MIRKO: En definitiva los tipos se odian y en cada reunión parece que se crea un
clima que se corta con cuchillo.
Viorel ídem, se levanta, prende un porro,
da una pitada profunda, se coloca la
máscara antigás y exhala el humo adentro.
MIRKO: Entonces empezó a circular la versión -es probable que el propio Katunaric
la haya puesto a rodar- de que a fines de diciembre a Jancovic lo trasladarían al
norte y él va tomar el mando. ¿Entendés?
Con la máscara llena de humo Viorel
camina vacilante, mira hacia el cielo. Mirko
deja los binoculares y por primera vez lo mira.
MIRKO: ¿Qué hacés?
Viorel se saca la máscara, tose.
MIRKO: Te pregunto, ¿qué hacés?
Viorel no responde.
MIRKO: Viorel, ¿qué sos? ¿Un chico?
VIOREL: Tengo hambre.
MIRKO: ¡Ah, no me digas!
Tiempo.
VIOREL (dando una calada profunda): Es
un descontrol.
MIRKO: ¿Qué cosa?
VIOREL: Esto. Es un descontrol.
MIRKO: No empieces.
Se escucha desde la línea enemiga una
grabación vieja de una voz haciendo una arenga en alemán.
VIOREL: Escuchá. ¿Es o no es un descontrol?
MIRKO: No te voy a contestar
VIOREL: ¿Y por qué no me vas a contestar?
MIRKO: Porque estás drogado.
VIOREL: Yo no estoy drogado. Y te aviso que en breve no me vez más el pelo.
MIRKO: Sí, claro.
Tiempo.
VIOREL: ¿En qué estaba pensando? ¿Cómo se me ocurrió?
MIRKO: ¿Qué cosa?
VIOREL: Volver. ¿Para esto? Prefiero cualquier, mirá, vender merca en la calle,
no sé, atender a mi abuela.
Vuelve a escucharse la grabación en
alemán. Tiempo.
MIRKO: Por si no te avisaron estás en una guerra.
VIOREL: No me había dado cuenta. ¿Y?
MIRKO: ¿Cómo “y”?
VIOREL: ¡Sí, “y”! (tiempo) Mirko, esta
discusión ya la tuvimos: primero, vos sabés que soy pacifista.
MIRKO: ¡Ah, sí, me había olvidado!
VIOREL: ¡Soy pacifista, sí! ¿Qué tiene? ¿Es antigüo ser pacifista, es demodé? Estoy
en contra de toda forma de violencia, guerras obviamente incluidas. Segundo,
¿cuánto hace que estamos acá? ¿Cincuenta días? ¿Sesenta? ¿Vos viste algo
parecido a un enemigo?
MIRKO: Bueno…
VIOREL: No inventes porque no tenés la menor idea. Mejor decí “no sé”.
Mirko vuelve a los binoculares. Tiempo.
MIRKO: ¿Y?
MIRKO: No sé.
VIOREL: Perfecto. Y tercero: tendrías que escucharte. Repetís las habladurías
del Alto Mando, cosas incomprobables que no sé de dónde sacás. Vos no creciste,
desde el pre escolar que te vengo escuchando y escuchando...
MIRKO: ¿Qué querés decir con eso?
VIOREL (le vibra el celular, lo saca y
mira el display): Nada, ahora no puedo.
Viorel va hasta una lona camuflada, la
levanta y saca un par de rollers, un chaleco, una gorra y una caja térmica,
todos de color amarillo. La caja y el chaleco dicen “delivery”. Comienza a
colocarse los rollers.
MIRKO: ¡Viorel, ni se te ocurra!
VIOREL: Tranquilo, te aseguro que en diez estoy.
MIRKO: No podés y lo sabés.
VIOREL: Son sólo dos pedidos. De verdad.
MIRKO: Te voy a reportar.
VIOREL: Dale, mala onda. Si no fuera por mí nos hubiésemos muerto de hambre
hace tres semanas. ¿Qué te traigo? Hoy hay pastrana y empanadas.
MIRKO: No quiero nada.
VIOREL: Qué mala actitud.
MIRKO (alcanzándole la máscara antigás): Por
lo menos ponete esto.
Viorel se monta la caja térmica a la
espalda, se pone la máscara, alza la barrera, mira a ambos lados, se levanta un
poco la máscara.
VIOREL: Traigo empanadas.
Sale. Mirko vuelve a los binoculares.
MIRKO: Esto está mal. Está mal. Si le pasa algo fuera del puesto, ¿quién es
el responsable?
Malhumorado, deja los binoculares. Vuelve a escucharse la grabación en alemán.
MIRKO: ¿PUEDEN CALLAR ESA MIERDA?
Indeciso, recorre el puesto, va hasta el handy.
MIRKO: Capitán, aquí puesto de avanzada nueve… Capitán, aquí puesto de
avanzada nueve ¿me escucha?, cambio.
Del otro lado de la comunicación se
escuchan palmas, cornetas, risas, botellas de champagne que se destapan.
OFF CAPITÁN: Hola.
MIRKO: Capitán, aquí el Sargento Mirko Hodzic, ¿me escucha bien?
OFF CAPITÁN: Sí. Qué dice, Hodzic, adelante.
MIRKO: Dos cosas: primero el suministro de comida. Reclamamos varias veces y todavía
no nos ha llegado nada.
OFF CAPITÁN: Estamos en eso, tenga paciencia. ¿Algo más?
MIRKO: Sí, disculpe pero tengo la misma duda que el viernes pasado: ¿usted dice
que acá estamos en el frente?
OFF CAPITÁN: ¿Otra vez con eso?
MIRKO: Digo, por nuestra ubicación, Capitán, no sé, ¿no podría ser que nos
hayamos desviado unos kilómetros? ¿Que estemos en otro lugar?
OFF CAPITÁN: ¡Usted está en el
frente!
MIRKO: Pero entonces, ¿dónde está el enemigo?
Vuelven a escucharse palmas, cornetas,
canciones, botellas de champagne que se destapan.
MIRKO: ¿Capitán?, ¿me está escuchando?
OFF CAPITÁN: Sí, sí. Perdón pero es la despedida del Brigadier Simunovic. Déjeme
ver (a alguien cercano) ¿Dónde están
los malditos papeles? Marinsky, ¿La carpeta del Frente Occidental? Olvídese,
acá está. A ver, a ver… SARGENTO, ¿USTED
ESTÁ DE JODA?
MIRKO: N-no, señor. ¿Por qué?
OFF CAPITÁN: ¿ME ESTÁ TOMANDO PARA LA CHACOTA? ¿LE PARECE QUE ESTOY PARA BROMAS,
YO? ¡ATENCIÓN! ¡FIRME!
Mirko se incorpora y se cuadra.
OFF CAPITÁN: ¡NO SEA MINUSVÁLIDO MENTAL Y AGARRE LOS BINOCULARES. MIRE COMO
CORRESPONDE!
Mirko agarra los binoculares y busca con
desesperación.
MIRKO: ¿Qué miro?
OFF CAPITÁN: ¿No ve al Batallón 628? Está desplegado en toda la línea con el
apoyo de los blindados. Dígame, ¿tuvo algún golpe en la cabeza? ¿Está bebido?
MIRKO: ¡Le aseguro que no los veo, acá estamos solos, Capitán!
Vuelven a oírse palmas, cornetas, risas.
OFF CAPITÁN: ¡Ja ja, qué loco este Simunovic! ¿Sargento, qué dice, no lo copié?
MIRKO (al borde del colapso): Digo
que no veo nada de lo que usted me describe. Le juro por la vida de Bruno y
Daska, mis dos hijitos. Desde que llegamos nunca vimos a nadie. Algo
evidentemente no está funcionando. Dígame, ¿En qué me equivoqué? ¿Qué estoy
haciendo mal, Capitán? No sé qué hacer.
OFF CAPITÁN: Bueno, Hodzic, tranquilícese. Tampoco es para tanto. Las tropas hoy
están acá y mañana allá. Hagamos algo, déjeme confirmar posición y yo lo llamo.
Cambio y fuera.
Mirko queda agitadísimo, se sienta y
respira profundo.
MIRKO: Estoy histérico, tiene toda la razón, tengo que respirar profundo e
intentar tranquilizarme. La mente serena transmuta tu destino, la mente serena
transmuta tu destino, la mente serena transmuta tu destino…
Gradualmente se calma. De golpe se
incorpora y vuelve a mirar por los binoculares.
APAGÓN
2
Ahora es Viorel el que vigila con los binoculares y Mirko come desesperado lo
que trajo su compañero. Vuelve a escucharse la grabación en alemán.
VIOREL:
Ahí los tenés.
Mirko, sigue comiendo y no acusa recibo.
VIOREL: ¿Escuchás?
MIRKO (con la boca llena): Escucho.
VIOREL: Ahora, respondeme algo: ¿por qué en alemán? ¿Vos hablás alemán? ¿Yo
hablo alemán? ¿Te das cuenta que todo esto es un delirio?
MIRKO: Me llegó una versión.
VIOREL (burlón): Al señor le llegó una
versión.
MIRKO: Si te molesta no hablo.
VIOREL: No, dale.
MIRKO: Parece que en marzo, cuando ya había iniciado la movilización, el
enemigo hizo una compra grande de rezago de guerra en varios países, entre
ellos Alemania. Y en un embarque, junto a los fusiles y los lanzacohetes estaban
traspapeladas esas grabaciones de la Segunda Guerra. Son propaganda. ¿Sabés lo
que es la propaganda de guerra?
VIOREL: ¿Me estás jodiendo?
Tiempo.
VIOREL: ¿Y?
MIRKO: Y eso.
VIOREL: No tenés mucho.
MIRKO: No.
VIOREL: Ahora, el que ordenó usarlas estaba más que drogado. Decime ¿cómo te
pueden hacer la cabeza, te pueden convencer, desmoralizar, o lo que sea, si no entendés
el idioma? Y después, suponiendo que entendieras ¿de qué hablan esas cintas? ¿De
las olimpíadas de Berlín de 1936?
Viorel niega con la cabeza, vuelve a los
binoculares, Mirko a comer. Tiempo.
VIOREL: Hablando de alemanes, tengo una historia. ¿Querés escuchar?
Mirko asiente.
VIOREL: 1914, primer año de la Gran Guerra, día de Navidad, de acá el bando de
los alemanes, de allá el bando de los aliados. Como es Navidad, en un momento
los alemanes se emborrachan y se ponen a cantar: villancicos y este tipo de
cosas que se cantan en Navidad. Al rato del otro lado los aliados les contestan.
Minutos después un par de alemanes y después otro par de aliados se animan, salen
de las trincheras, avanzan hacia la tierra de nadie y empiezan a encontrarse
con los del otro bando. Los tipos se dan la mano, se sonríen y a continuación se
intercambian botellas de vino y cigarrillos. Bien, lo que al principio pensaban
que iba a durar un rato empieza a extenderse, se agregan más soldados, hay más
intercambios. Pasa todo un día, después pasa otro, en esa convivencia juegan al
pocker, se siguen emborrachando y hasta organizan partidos de fútbol. Y al final,
antes de separarse, todos prometen que cuando vuelvan a sus puestos van a
disparar unos metros arriba de la trinchera enemiga para no herirse. ¿Hasta ahí
qué te parece?
MIRKO: Linda historia.
VIOREL: Bien, pero al día siguiente cuando se enteran los altos mandos de lo
que había pasado, obviamente, se pudre todo. Los tipos ponen el grito en el
cielo, la cosa es tratada de silenciar de todas las formas posibles. Los
generales lo discuten y entonces se toman las medidas necesarias para que todo vuelva
a la normalidad, es decir, que los soldados se vean otra vez como enemigos y se
dediquen a matarse los unos a los otros como buenos cristianos. ¿Sabés cuales
fueron esas medidas?
MIRKO niega.
VIOREL: En los tres años siguientes, unos días antes de la Navidad, los
altos mandos ordenaron recrudecer los bombardeos, se duplicaron los ataques, se
multiplicaron los muertos y heridos, y así ese fenómeno tan desagradable y
antinatural nunca más volvió a suceder. ¿Qué te parece?
Mirko no responde.
VIOREL: ¿No te parece nada?
MIRKO: No sé, suena lógico, ¿no?
VIOREL: ¿Cómo lógico?
MIRKO: Viorel, para mí es sencillo: estamos en la guerra, ellos son los malos y
nosotros somos los buenos. En la guerra uno debe tratar de no dejarse herir y herir
al enemigo, para eso hay que cumplir las órdenes y nosotros las cumplimos.
VIOREL: ¿Ellos son los malos y nosotros somos los buenos?
MIRKO: Por supuesto.
VIOREL: ¿Y por qué ellos son los malos?
MIRKO: Porque ellos nos invadieron.
VIOREL: Depende.
MIRKO: ¿De qué depende?
VIOREL: De cómo lo mires: ellos nos invadieron porque nosotros los habíamos
invadido antes.
MIRKO: Pero eso fue hace muchísimo.
VIOREL: ¿Y? ¿Porque fue hace muchísimo no vale? ¿A partir de qué tiempo prescribe
una invasión? ¿Treinta años? ¿Cincuenta?
MIRKO: Ese no es nuestro problema.
VIOREL: Precisamente ese es nuestro problema. Los que en el mundo deciden cuales
invasiones valen o cuales no son cuatro o cinco magnates, desde cómodos
sillones y los que ponemos el cuerpo somos vos y yo. ¿Te parece que no es
nuestro problema?
Viorel, mete una mano en un bolsillo y
saca un puñado de balas.
VIOREL: Tomá.
MIRKO: ¿Qué me das?
VIOREL: Las balas, es un regalo, no las necesito.
MIRKO: ¡Viorel, haceme el favor, volvé a cargar ese fusil!
Mirko le quiere arrebatar el fusil para
volver a cargarlo, Viorel no se lo da.
MIRKO: ¡Soltá!
VIOREL: No.
Tironean hasta que Viorel cede.
VIOREL: Quedátelo. Total no lo voy a usar.
MIRKO: ¿Estás drogado? Estás diciendo otra vez disparates.
Suena el handy. Mirko lo alza.
OFF CAPITÁN: …el Frente Oriental.
MIRKO: ¿Capitán?
OFF CAPITÁN: ¿Y quién va a ser, Hodzic? Le estoy diciendo que está aclarado: ustedes
están en el Frente Oriental.
VIOREL: ¡Jajajaja!
MIRKO: ¡Callate! (al handy) Perdone,
Capitán, ¿cómo el Frente Oriental? Este es el Frente Occidental.
OFF CAPITÁN: Oriental.
MIRKO (volviendo a la agitación): ¿Pero
y eso cómo puede ser?
OFF CAPITÁN: Porque depende del punto de referencia desde donde usted lo está
viendo. Abra el mapa (Mirko abre un mapa)
Ubique la cadena de los montes Dalmantin. Ustedes están al sudoeste, ubique
hacia el norte el lago Lujdur, luego vienen tres poblados: Butigan, Tolic y
Zubela, en Zubela estamos nosotros. Visto desde donde están ustedes es el
Frente Occidental, visto desde acá el Oriental. ¿Se entiende?
Mirko, no entiende, da vueltas el mapa. Viorel
prende un porro, se lo pasa a Mirko que lo rechaza. Luego va hasta su morral
saca una pequeña radio e intenta sintonizarla.
OFF CAPITÁN: No lo escuché, Hodzic ¿se entiende o no se entiende?
MIRKO: Creo que sí, Capitán.
OFF CAPITÁN: Algo más: desde las cero horas terminantemente prohibido que usen
celulares. Tienen que desactivarlos y por las dudas sacarles las baterías.
MIRKO: ¿Por qué?
OFF CAPITÁN: Interfieren con los drones. Varias misiones han fracasado porque los
drones enloquecen y terminan bombardeando cualquier cosa.
MIRKO: ¿Culpa de nuestros celulares, señor?
OFF CAPITÁN: Se está investigando, todavía no sabemos puntualmente de cuáles. Pero
no se ponga ansioso y limítese a cumplir lo que le digo, Sargento. ¿Entendido?
MIRKO: Entendido.
OFF CAPITÁN: Cambio y fuera.
Mirko vuelve a sentirse mareado, se
sienta en el piso y cierra los ojos.
MIRKO: ¡Con nuestros celulares! ¡Por ahí provocamos un desastre!
¿Escuchaste?
Por gestos, le pide a Viorel que le
convide una pitada del porro.
VIOREL: No le des bolilla. No entiendo por qué te ponés así. Ya te lo dije, estamos recibiendo
órdenes de un grupo de desquiciados.
MIRKO: Tampoco es tan así.
VIOREL: ¡Es tan así, Mirko, es tan así, abrí los ojos! Hasta recién era una
guerra sin enemigos, ahora ni sabemos dónde estamos. Yo en unos días más me voy,
si querés seguirme no hay problemas.
MIRKO: ¡Basta, Viorel! ¿Escuchaste las órdenes? Se acabaron los jueguitos
online y los pedidos de delivery.
VIOREL: ¿Acaso vos no llamás a Liuba?
MIRKO: Sabés que no hablo. Sólo son mensajitos de audio y de madrugada. No la
compliques, por favor, no se usa el celular hasta nuevo aviso, ¿está claro?
Viorel no responde y trata de sintonizar
la radio. Mirko vuelve a los binoculares.
APAGÓN
3
Es de noche, Mirko está grabando un
mensaje para Liuba, su mujer. Está solo.
MIRKO: La guerra es rara, distinta a como la imaginábamos. Ojo, no es que me
desanime, me siento bien, no me volvieron los ataques, pero hace dos meses que
estamos acá y todavía no vimos a un solo enemigo. También está el tema de la organización,
¿sabés?, nunca nos enviaron comida y da la impresión que el Alto Mando no sabe
muy bien cómo llevar las cosas. Por ahí es hasta que entren en ritmo. En Afganistán,
en la Guerra del Golfo tardaron en arrancar, ¿no? No debe ser sencillo pensar en
tantas estrategias y la responsabilidad de mandar a tanta gente todas al mismo
tiempo. Si llegan a pasar algo por la tele vos avisame.
Amor, ¿cuánto esperamos esta oportunidad?: defender a la patria, expulsar al
enemigo. No dejo de pensar en nuestras prácticas de tiro en el fondo de casa. Ahora
parece que el Frente Occidental en realidad es el Frente Oriental. Vos me
conocés, nunca fui de orientarme pero la explicación que nos dio el Capitán es confusa.
A veces dudo, pienso que no tendría que haberme alistado, también pienso en la
ilusión que todo esto te hace a vos y me da ansiedad.
¿Sabes?, Viorel está cada día más difícil. Vos lo conocés, es desordenado, se
duerme en las guardias, tiene ese problema con el consumo de sustancias. Yo lo
dejo, pero tiene algunas ocupaciones paralelas que pueden terminar comprometiéndome.
Después de no vernos por quince años nunca hubiese imaginado que convivir con
él fuera tan complicado.
Mi amor, tengo hambre, tengo hambre todo el tiempo. Como no nos mandan suministros
Viorel aprovecha sus salidas para traer algo, toda comida chatarra. Sueño con
tu burek de carne y arroz, con las salchichas de cerdo y las bruschettas de jamón crudo que preparabas los domingos.
Mandales un beso a Brunito y a Daska. Contame también algo de ellos.
Me gustaría escribirte una larga carta refugiado en una trinchera mientras
afuera llueve y arrecia la artillería enemiga como vimos en tantas películas, soy
un tonto, ¿no es cierto? (advierte que
alguien viene) Ahora tengo que cortar. Un beso grande.
Entra Viorel con su equipo de delivery, Mirko
envía el mensaje y esconde el celular.
VIOREL: ¿Estabas hablando?
MIRKO: No.
VIOREL: Mirko, estabas hablando…
MIRKO (reaccionando): ¡Te digo que
no! ¿Con quién voy a estar hablando?
VIOREL: Ok. A mí me da igual. Escuchá esto (mientras
habla se despoja de los elementos del delivery, los oculta bajo la lona y se
pone el casco) ¿Lo ubicás a Andrej, mi cuñado?
MIRKO: Sí.
VIOREL: Te lo resumo: el primo es el que tiene la agencia de turismo frente a
la plaza y lo contactó porque sabe que yo estoy acá. El plan es este: al tipo
parece que le llegaron dos grupos de brasileños que vienen de recorrer Francia
e Italia, están una semana y la idea es hacerles un pequeño tour por el frente.
Pagan veinte dólares por cabeza, y vos y yo podemos ir mitad y mitad. Ya lo
pensé, los puedo llevar hasta la ladera donde están los tanques incendiados, les
hago ver el embarque de los blindados en el puerto y después los traigo para acá
(Viorel empieza a desparramar cosas por
el piso) Si no te molesta habría que crear un poco de ambiente. ¿Podrías
vendarte la cabeza o el brazo? Podemos simular algo de sangre y cuando llegan
hacemos unos disparos para ponerle un poco de color, ¿qué te parece?
MIRKO: Una locura.
VIOREL: ¡Ya sabía! Mirko, no hay ningún peligro y es buena plata.
MIRKO: Acá no va a venir ningún turista.
VIOREL: Aflojá, sólo tengo que confirmar y los paso a buscar en un rato.
MIRKO: Viorel, ¿te cubro con lo del delivery? Muy bien, pero hasta ahí. Me
comprometés, yo estoy al mando y cualquier cosa que pase soy el responsable.
VIOREL: Sí, sí, te van a dar la medalla al valor.
MIRKO: No quiero ninguna medalla, simplemente no voy a tener problemas por tu
culpa, punto.
De golpe comienzan a escucharse una
sucesión de explosiones y disparos, el cielo nocturno se ilumina. Por unos
segundos Mirko y Viorel corren de un lado para otro, desorientados, luego Mirko
va hasta su fusil.
MIRKO (exultante): ¡La guerra! ¡Viorel,
llegó la guerra! ¡Nos están atacando!
Mirko comienza a disparar sin objetivo
preciso, Viorel se queda paralizado.
MIRKO: ¡Dale! Nos están atacando, hay que disparar... Viorel, ¿qué hacés? ¡Agarrá
ese fusil, por el amor de Dios!
Viorel se mira las manos, tiene los
brazos rígidos.
VIOREL: No puedo.
MIRKO: ¡No digas estupideces!
VIOREL (maravillado): No puedo. Es
como si el cuerpo se negara. Mirko, mirame los brazos, los tengo rígidos.
MIRKO: ¡Y movelos!
VIOREL: Te digo que no puedo. Creo entederlo, ¿sabés?: mis brazos rechazan
obedecer a algo que mi conciencia repudia. ¿No es asombroso? Como no podemos
comer carne humana, o no podemos enamorarnos de nuestra propia hermana porque
va en contra de nuestra naturaleza, yo no puedo mover los brazos para usar el
fusil.
MIRKO (mientras dispara): No sé qué disparates
estás diciendo. Si no vas a usar tu fusil por lo menos llamá a la comandancia y
cuando te atienda el Capitán me pasás.
VIOREL (va hasta el handy sin cubrirse de
las balas): ¿Ves? Mirá como si trato de hacer cualquier otra cosa puedo. Hola,
Capitán, aquí puesto de avanzada nueve ¿me escucha? Cambio.
OFF CAPITÁN: Adelante, Hodzic.
VIOREL: Cabo Primero Jovanovic. Ya le paso.
Viorel le alcanza el handy a Mirko.
MIRKO: ¡Cubrite! ¿Quéres morir? (al
handy) Hola Capitán, escuche, escuche (exultante,
apunta el handy al aire) Tenía razón, al final sucedió, apareció el enemigo
(mira con los binoculares) Todavía no
se muestran, ni sabemos el número, así que por el momento no puedo darle
precisiones.
Del otro lado vuelven a escucharse risas,
botellas que se destapan, cantos, palmas.
MIRKO: ¿Me está escuchando, Capitán?
VIOREL: ¿Siguen de joda?
MIRKO: Shht.
OFF CAPITÁN: Sí, Hodzic. No sé si me copió, le decía que felicitaciones.
MIRKO: ¿Perdón?
OFF CAPITÁN: ¿No les llegó el parte del Ministerio?
MIRKO: No.
OFF CAPITÁN (a alguien cercano): ¡Marinsky!
¡Marinsky, tampoco les llegó! (a Mirko)
Deje los binoculares, no va a ver enemigos, Sargento. Lo que escucha no es un
ataque, son fuegos artificiales.
Viorel busca sus binoculares y mira.
VIOREL: ¡Es verdad! ¡Mirá, Mirko! ¡Qué espectáculo!
MIRKO: Shht (al handy) ¿Cómo fuegos
artificiales, Capitán?
OFF CAPITÁN: Fuegos artificiales, ganamos.
MIRKO: No entiendo.
OFF CAPITÁN: Qué ganamos. El enemigo capituló.
MIRKO: ¿Escuchaste? Dice que ganamos.
VIOREL: ¡Me estás jodiendo!
OFF CAPITÁN: ¡ATENCIÓN! ¡FIRMES!
Mirko y Viorel se cuadran.
OFF CAPITÁN: Suba el volumen del handy, Hodzic. Como salutación a nuestras
fuerzas de aire, mar y tierra, a continuación vamos a entonar la venerada Canción
de la Patria.
Mientras cantan la Canción de la Patria Mirko
va a sacar un pañuelo para enjugarse las lágrimas.
“Tú eres la luz del alma
la llama del fuego eterno,
la tierra de los abuelos,
yo te celebro.
En nuestro corazón anidan tus ríos,
el mar bravío y las montañas,
orgullosa y sufrida tierra,
yo te celebro.
Las generaciones que hoy te saludan,
te defenderán con su sangre,
Y junto a ti entrarán al futuro,
gloria eterna a la patria.
Y junto a ti entrarán al futuro,
gloria eterna a la patria”
Tiempo, gradualmente cesan los fuegos artificiales, Mirko se suena la nariz.
VIOREL:
¿Cómo podés emocionarte?
Mirko no responde, va hasta su mochila y saca una botella de vino.
VIOREL: ¡La botella de tu suegro! ¿La vas a abrir? ¿Estás seguro?
MIRKO: Debía descorcharla sólo si ganábamos.
Mirko la descorcha, se la van pasando y
tomando del pico.
VIOREL: ¿Así que te lo dio para cuándo ganáramos?
MIRKO: Sí. ¡Salud!
VIOREL: ¡Salud! ¿Y si perdíamos?
MIRKO: Tenía que vaciarla en la tierra y enterrar el envase.
VIOREL: Qué tipo raro tu suegro. Toda esa familia era rara. Cuando iban a los
actos del colegio, ¿te acordás? Siempre en la primera fila, cómo hablaban, la
forma de vestirse. Sabés, desde que volví hay algo que no termino de entender:
primero cómo terminaste casado, y segundo cómo terminaste casado con Liuba.
MIRKO: Nos enamoramos. Armamos una familia. ¿Qué tiene?
VIOREL: Nada, no me hagas caso. Brindemos. Porque al fin nos vamos de este
lugar de mierda. ¡Salud!
MIRKO: ¡Salud!
Se escucha el llamado del handy, Mirko
atiende.
MIRKO: Sí, Capitán, cambio.
Se escuchan discusiones del otro lado de
la línea, Mirko y Viorel quedan a la expectativa.
OFF CAPITÁN: Hodzic.
MIRKO: Sí, Capitán, lo copio.
OFF CAPITÁN: Disculpe el desorden pero nos acaba de llegar una aclaración del
Ministerio. Nos dicen que no fue rendición, sólo es una tregua solicitada por
el fin de semana. ¿Escuchó, Hodzic?
MIRKO: Escuché, Capitán.
OFF CAPITÁN: Acá hay bastante malestar porque varios oficiales solventaron los
fuegos artificiales de su propio bolsillo.
MIRKO: ¿O sea que no ganamos?
OFF CAPITÁN: No por el momento.
VIOREL: Jajajaja.
MIRKO: ¡Basta, Viorel!
Viorel le arrebata el handy a Mirko.
VIOREL(al handy): Capitán, aquí el
Cabo Primero Jovanovic. Le acaba de decir al Sargento que hubo un error y todavía
no ganamos. ¿Le puedo hacer una pregunta? Si todavía no ganamos, así en general,
¿cómo nos estaría yendo?
OFF CAPITÁN: Es difícil precisar, Cabo. Si sumamos lo que sucede en el frente occidental
y en el de ustedes, más la situación en el norte, más los retenes del sudeste,
más ese percance con los drones, diría que estaríamos casi, casi… en un empate.
VIOREL (le devuelve el handy a Mirko, se
empina lo que queda de la botella, divertido): Vamos empatando.
OFF CAPITÁN: Hodzic, Cabo, no debería aclararlo pero les pido suma discreción
con todo esto. Y hasta el lunes que se declara el fin de la tregua no se vuelve
a disparar un solo tiro, ¿entendido?
MIRKO: Entendido, Capitán.
MIRKO deja el handy, se sienta y se toma
la cabeza. Viorel vuelve a intentar sintonizar la radio portátil.
MIRKO (para sí): La mente serena
transmuta tu destino, la mente serena transmuta tu destino…Te juro que me
estalla la cabeza. No entiendo nada, no quiero pensar en nada, que pase lo que
tenga que pasar y listo. ¿Qué estás buscando?
VIOREL: Alguna puta información. Pero hasta acá no llega ninguna antena.
Viorel de golpe capta la transmisión de
un partido fútbol.
MIRKO: ¡Pará, dejala ahí! Vamos a escuchar el fútbol. Y que se vayan todos
al infierno, ¿qué te parece?
VIOREL: Como quieras.
Se sientan. Escuchan la transmisión.
Tiempo.
VIOREL: ¿De los equipos ingleses cuál te gusta más?
MIRKO: No sé. El Manchester.
VIOREL: Justo. Juega el Manchester contra el Real Madrid. Creo que son los cuartos
final de la Champions.
MIRKO: Mirá vos.
Tiempo.
APAGÓN.
4
Cuando da la luz Mirko está en medio de
un ataque, tiembla. Viorel, con su equipo de delivery todavía puesto, lo está
asistiendo: lo sentó en una plegadiza de playa, le puso la máscara antigás,
prendió un porro y le insufla el humo por el conducto de aire de la máscara.
VIOREL: ¡Aspirá profundo, aspirá profundo y no hablés!
Mirko dice un montón de cosas que bajo la
máscara no se entienden.
VIOREL: ¿No escuchás? Concentrate y aspirá. ¡No hablés porque es de gusto, no
te entiendo nada! Tenés que aspirar. ¡Aspirá!
Viorel le insufla más humo. Paulatinamente
Mirko se va relajando.
VIOREL: Te lo dije, estás demasiado acelerado. ¿Qué ganás con ponerte así? ¿Va
mejor?
Mirko asiente. Viorel le saca la máscara
y Mirko pega un salto.
MIRKO: ¿Qué pasó? ¿Qué es esto? ¿De dónde salió esa plegadiza?
VIOREL: ¡Tranquilizate! Es de un cliente, la tengo que llevar en el próximo pedido.
¿Qué importancia tiene la plagadiza?
MIRKO (histérico): ¿Te das cuenta, no?
¿Te das cuenta lo que está pasando? Perdí el control, Viorel. La cabeza me da
vueltas. ¿Qué me pasó?
VIOREL: Llegué, te encontré rígido y temblando y te apliqué un tratamiento para
que te tranquilizaras.
MIRKO: Es una pesadilla. A vos no te importa pero yo estoy al mando y miranos, mírate
esa gorra ridícula, la ropa que tenés puesta, los fuegos artificiales de anoche,
ahora esa silla plegadiza. Esto me supera, no da para más…
VIOREL: Ya te lo dije, te tomás las cosas demasiado a pecho.
MIRKO (volviendo a agitarse): Si sos
mi amigo me tenés que hacer un favor. Vas a explicarle Liuba.
VIOREL: ¿A explicarle? ¿Cómo a explicarle? ¿Querés que la llame?
MIRKO: No. Que en una de las salidas que hacés...
VIOREL: No, Mirko, no me pidas eso. Con Liuba nunca nos llevamos, vos lo sabés,
no me puede ni ver.
MIRKO (lloriquea): ¡Por favor, Viorel!
Siento que sino voy a perder la cabeza. Tenés que contarle todo. Que estamos en
este agujero, sin enemigos, que nos morimos de hambre, que nos dijeron que
habíamos ganado y nos tomamos la botella de vino de Rusbel.
VIOREL: ¿Rusbel?
MIRKO: Mi suegro.
VIOREL: Ah.
MIRKO: Y sobre todo, tenés que decirle que yo fallé, que pensé que iba a poder
pero no sirvo, que me pongo ansioso, me vuelven los temblores y pierdo el
conocimiento.
MIRKO: Mirko, vos todavía no estás bien. ¿Qué te parece si te ponés la máscara,
yo prendo otro y lo fumamos juntos?
MIRKO: ¡NO! ¿ME VAS A ESCUCHAR? Le tenés
decir que no vivimos ni un solo momento heroico. Qué no hubo nada de todo lo
que yo debía contarles a Brunito y a Daska a mi regreso: ataques sangrientos,
no sé, salvatajes, victorias inolvidables. ¡Soy patético, Viorel!
VIOREL: Exagerás, en todo caso yo puedo ser algo ridículo, pero vos sos un buen
soldado…
MIRKO (sin escuchar): Pero más que a Brunito
y a Daska, tenés que decirle que le fallé a ella. Liuba se había hecho
muchísimas ilusiones. Fue ella la de la idea de alistarme, practicábamos asalto
con bayoneta y tiro en el fondo de casa (se
toma la cabeza) ¡Es demasiada presión, Viorel! Y si la guerra sigue como
hasta ahora, ¿qué va a pasar? ¿A vos te parece que yo así puedo volver? No
podría ni mirarla a la cara (lloriquea)
Viorel, atónito, lo abraza.
VIOREL: ¡Bueno, tranquilo, hombre! La voy a ir a ver, te lo prometo. Tranquilo.
APAGÓN
5
Se escuchan sonidos de rollers y patines desplazándose.
Cuando da la luz Mirko y Viorel vigilan con los binoculares. Es de madrugada,
hace frío, están con sus cascos y cubiertos con los capotes.
VIOREL: A esta hora son verdaderos ejércitos… Ejércitos en las sombras.
MIRKO: Ajá.
VIOREL: Lo tengo medido, el setenta y cinco por ciento del movimiento se da
entre la una y las cuatro. A mí no me gusta porque con la oscuridad se complica
mucho con los rollers.
MIRKO: ¿Y por qué entre la una y las cuatro?
VIOREL: Es el momento de la pausa, el tercer tiempo. Los nervios se relajan. A
las dos arrancan los pedidos fuertes de comida, en general minutas, kebabs, hamburguesas,
filetes a las brasas. Es el momento de los permitidos, se festejan los
cumpleaños, llega la pornografía, el licor, las cajitas felices.
MIRKO: ¿Los cajitas felices? ¿Las de Mc Donalds?
VIOREL: Las pastillas, los ácidos. ¡Las sustancias, Mirko! En la jerga del
delivery se les llama cajitas felices. No tenés idea de las cosas que me ha
tocado llevar. Vos viste la silla playera el otro día.
MIRKO: Qué depresión.
VIOREL: ¿Por?
MIRKO: ¿Esto en algún momento habrá sido una guerra?
VIOREL: La guerra es un gran negocio. A vos y a mí nos pasa por delante, pero
hay gente que hace fortunas (señala con
los binoculares) Mirá a la derecha el amarillo. ¿Lo ves? Ese es de los
nuestros. En total son tres empresas:
dos pequeñas, Poslovi Delivery, que son los de las cajas violetas; Octubery, los
amarillas, que es la mía; y después está la más grande, Global Quality, los
naranjas (señala con los binoculares)
Ahí a la izquierda van dos. ¿Los ves? Los de Global Quality ganan entre el treinta
y el cuarenta por ciento más y están motorizados. Fíjate que en vez de rollers
usan monopatines eléctricos. El dueño es un General nuestro y según escuché trabaja
con los dos bandos.
MIRKO: ¿Cómo con los dos bandos?
VIOREL: Con nosotros y con el enemigo.
MIRKO: ¡Qué disparate!
VIOREL: Mirko, sos tan ingenuo que me das ternura. En los negocios no hay
amigos ni enemigos. Los repartidores llevan un salvoconducto que dice que son
neutrales.
MIRKO: ¿Como los cascos azules de la ONU?
VIOREL: Como los cascos azules de la ONU.
Tiempo. Mirko deja los binoculares, se
muestra incómodo.
MIRKO: Viorel, lo que te dije anoche…
VIOREL: ¿Qué cosa?
MIRKO: Lo de ir a hablar con Liuba.
VIOREL: Ah, sí.
MIRKO: Olvidalo.
VIOREL: Ok.
MIRKO: Fue un momento de debilidad.
VIOREL: Ok.
MIRKO: Además me sentía mal de la panza: las tarteletas de berenjena o alguna de
esas porquerías que trajiste para el almuerzo que después me terminó afectando
el ánimo.
VIOREL: Es probable.
Tiempo.
MIRKO: Entonces ya sabés.
VIOREL: Ok.
Tiempo.
MIRKO: No tenés que ir a ver a Liuba.
VIOREL (reaccionando): ¡Sí, Mirko, sí!
No voy a ver a Liuba.
MIRKO: Perfecto.
Tiempo.
VIOREL: Es raro.
MIRKO: ¿Qué cosa?
VIOREL: Esto, vos y yo acá, ¿me querés decir cómo nos reencontramos para
terminar en este agujero?
MIRKO: No es raro: los dos tenemos instrucción militar, los dos estamos en el
rango de edad para movilizarnos, los dos somos del mismo barrio.
VIOREL: Pero vos te presentaste como voluntario. Yo me fui para siempre, se me
ocurrió volver y me engancharon como a un idiota.
MIRKO: En los hechos es lo mismo.
Tiempo.
MIRKO: ¿Qué hiciste todo este tiempo?
VIOREL: Mi vida.
MIRKO: No te ofendas, pero por lo que se ve no muy buena vida.
VIOREL: ¿Por qué lo decís? ¿La tuya es buena?
MIRKO: Sí.
VIOREL: Cuanta seguridad.
MIRKO: Nada espectacular pero creo que es una buena vida. Tengo a mis hijos, la
tengo a Liuba, formé una familia.
VIOREL: Por la que sufrís ataques de pánico.
MIRKO: ¡Qué decís!
Suena el handy.
VIOREL: Ahí está de nuevo tu Capitán.
OFF CAPITÁN: Hola Hodzic, ¿me escucha?
MIRKO: Lo escucho, Capitán, ¿cambio?
OFF CAPITAN: ¿Ya hay algo de luz?
MIRKO: Está amaneciendo.
OFF CAPITÁN: Dígame si observa movimiento.
Mirko, toma sus binoculares y busca.
MIRKO: Sí, Capitán, hay movimiento.
Viorel toma también sus binoculares y lo
imita.
OFF CAPITÁN: Descríbame lo que ve.
MIRKO: En el camino principal y en campo aledaño… se ve… No se ve muy bien, es a
bastante distancia, Capitán… Pero sin dudas es un movimiento de tropas. ¿Son del
enemigo o son nuestras?
Viorel saca la radio e intenta
sintonizarla sin dejar de mirar.
OFF CAPITAN: Son nuestras. Presumiblemente es el Batallón 221. Hágale la
seña. Luego debe sortearles el paso. ¿Entendido?
MIRKO: Entendido.
Mirko va a buscar de su morral dos varas luminosas fluorescentes.
OFF CAPITÁN: Sargento, ¿me escucha?
MIRKO: Lo escucho.
OFF CAPITÁN: Cuando estén allí ubique al oficial a cargo y me lo pasa. Aparentemente
están regresando a su base mientras dure la tregua. ¿Entendido?
VIOREL: ¡No! ¡Esperá!
MIRKO: ¿Qué decís? (al handy)
Entendido, Capitán.
VIOREL: Esperá, Mirko. Por favor, no lo hagas.
MIRKO: ¿Qué decís? ¿Por qué?
Le acerca la radio.
VIOREL: Es el enemigo, no hagas la seña. Escuchá, escuchá. Dice que el
enemigo interrumpió la tregua.
MIRKO: ¿Quién lo dice?
Intentan volver a sintonizar, hay descarga,
la radio no se escucha bien.
VIOREL: No lo sé. Pero al parecer son declaraciones oficiales. ¡Escuchá, por
favor!
MIRKO: ¡Eso es un disparate! Son tropas nuestras, es el Batallón 221, me lo
acaba de decir el Capitán.
Viorel se interpone.
VIOREL: Por favor, por lo menos esperá a que stén más cerca, miremos a ver qué
hacen.
MIRKO: Tengo que cumplir con las ordenes.
VIOREL: No te voy a dejar.
Mirko saca su pistola.
MIRKO: ¡Viorel, hacete a un lado, no me obligues!
Viorel le toma el brazo, forcejean, Mirko
lo sacude con violencia.
MIRKO: ¡Drogadicto de mierda, salí!
Viorel cae al piso, Mirko empieza a hacer
las señas con las dos varas luminosas. Inmediatamente comienzan los disparos.
APAGÓN
6
Salto temporal, Mirko y a Viorel son adolescentes, los envuelve una luz cenital
blanca, están en una clase de gimnasia haciendo abdominales.
MIRKO:
Cuarenta y dos, cuarenta y tres, cuarenta y cuatro…
Viorel se incorpora de un salto, abandona el ejercicio.
VIOREL: ¡Miroslaw, me tenés podrido! ¿Qué se cree, que somos, máquinas?
MIRKO: Callate y terminá que está mirando.
VIOREL: No me interesa, ¿qué pasa si no me interesa? No quiero ser gimnasta
olímpico. Habría que poder elegir lo que uno quiere, ¿no?
MIRKO: No se puede.
VIOREL: Se debería. No hay libertad. En este colegio, en este país no hay
libertad, vos no tenés libertad, estás todo el santo día con tu Liuba.
MIRKO: Te van a expulsar.
VIOREL: ¿Quién lo dice?
MIRKO: Lo escuché.
VIOREL: No es para tanto.
MIRKO: Sí es para tanto. Viorel, destrozaste la mitad de un baño.
VIOREL: Sos el único que me vio, ¿me delatarías?
MIRKO: Sabés que no.
VIOREL: Vení, vámonos.
Viorel lo agarra de una mano y lo
incorpora.
MIRKO: Dejame.
VIOREL: Vamos.
Viorel y Mirko de golpe están en otro ámbito, en el campo o en el mirador de una
montaña.
VIOREL: Acercate, abrí los brazos y respirá.
MIRKO: Cortala, Viorel.
VIOREL: Dale, ¿qué te da, vergüenza?
MIRKO: Más bien me da vértigo
VIOREL: Respirá.
Mirko lo imita, cierra los ojos.
VIOREL: Y, ¿cómo se siente?
MIRKO: Bien
VIOREL: Ahora vas a decir “me cago en todos ustedes, payasos”
MIRKO: No
VIOREL: Dale. Si no hay nadie.
MIRKO: Me cago en todos ustedes, payasos.
VIOREL: Mas fuerte.
MIRKO (grita): ¡Me cago en todos ustedes,
payasos!
VIOREL: Jajaja. ¿Ves que se puede? Volvé a cerrar los ojos.
Mirko lo hace, Viorel se aproxima y le da
un beso en la boca, Mirko lo aparta y lo mira, sorprendido.
APAGÓN
7
La acción vuelve al final de la escena 5, se escuchan los últimos disparos, el
puesto nueve está destruido, Viorel yace muerto. Mirko, malherido, se arrastra
hacia su compañero.
MIRKO:
¡Viorel! ¡Viorel! Aguantá que ya pido ayuda. ¡Capitán! ¡Capitán!…
Mirko se arrastra hasta el handy.
MIRKO: Capitán, nos atacaron (llega al handy y lo activa) Capitán, ¿me escucha? No eran tropas
nuestras. Capitán, era el enemigo. El Cabo Primero Jovanovic está malherido. Envíe
a alguien… ¿Me escucha? Nos atacaron… Capitán... El Cabo Primero Jovanovic… Está
muy mal…herido. ¡Viorel, Viorel, perdóname! Aguantá que pedí ayuda. ¡Viorel!...
Mirko también muere. Tiempo. Finalmente se escucha la respuesta del Capitán.
OFF CAPITÁN: Hodzic. Hodzic, ¿me escucha? Contraorden. Contraorden (a alguien cercano) Marinsky, para
cuándo. Por Dios, qué semanita, primero con los de la falsa victoria, ahora esto.
Hotzic, muchacho, ¿me escucha? Esta vez fue mala nuestra, interpretamos mal los
mensajes cifrados. El enemigo suspendió la tregua. Rechacé el ataque. Repito,
rechace el ataque. Y mientras tanto, por favor, suba el volumen del handy que para
levantar el ánimo de nuestras fuerzas vamos a entonar la venerada Canción de la
Patria.
“Tú eres la luz del alma
la llama del fuego eterno,
la tierra de los abuelos,
yo te celebro.
En nuestro corazón anidan tus ríos,
el mar bravío y las montañas,
orgullosa y sufrida tierra,
yo te celebro.
Las generaciones que hoy te saludan,
te defenderán con su sangre,
Y junto a ti entrarán al futuro,
gloria eterna a la patria.
Y junto a ti entrarán al futuro,
gloria eterna a la patria”
Promediando la Canción de la Patria, esta paulatinamente va dejando de
escucharse y vuelve la grabación en alemán. Mirko y Viorel yacen muertos.
LENTO APAGÓN.