CONCEJAL: ¡Buenas!
DIRECTORA: ¿Qué hace acá?
CONCEJAL: Traigo las urnas para la votación del domingo.
DIRECTORA: Ahora, no.
CONCEJAL: No, claro, el domingo.
DIRECTORA: Digo que ahora no puede estar acá, señor,
estamos en una reunión, por favor retírese.
CONCEJAL: Pero... ¿El Intendente no le avisó?
BELGRANO de golpe empieza a perseguir con la espada al
PADRE B.
BELGRANO: ¡Usares y Dragones, por el flanco derecho a
retaguardia!
PADRE B: ¡Socorro!
BELGRANO: ¡Deponga las armas, Goyeneche, o lo corto en
rebanadas!
PADRE B: ¡Auxilio!
BELGRANO: ¡No huya, cobarde!
MADRE A: ¡Sra. Directora, párelo, lo va a lastimar!
SECRETARIA: ¡General, por favor!
CONCEJAL (reparando en BELGRANO): Que extraño... El
señor... Me resulta tan.. ¡Je!... No imposible.
DIRECTORA (intentando
llevarse al CONCEJAL): ¡Espere en la Dirección, hágame el favor!
BELGRANO (dejando de perseguir al PADRE B): Ni se le
ocurra seguir la carrera militar, usted da pena (reparando en el CONCEJAL) ¿Y
éste quién es, también va a actuar? Su nombre...
MADRE C (al CONCEJAL): Es el General Manuel Belgrano.
CONCEJAL: No, decía... Sabe que yo juraba... ¡Increíble!
BELGRANO (al CONCEJAL): ¿Está sordo? ¡Su nombre!
CONCEJAL: ¡Perdón! Américo Raúl García, Honorable Concejo
Deliberante de Avellaneda. Es un gusto, General.
Le tiende la mano, BELGRANO la rechaza.
BELGRANO: ¡Funcionario!... Bien... ¿Trae los fondos que
me prometió el Triunvirato?
CONCEJAL: No entiendo.
BELGRANO: ¡LOS FONDOS QUE ME DEBE EL TRIUNVIRATO, EL
DINERO PARA LA CAMPAÑA, CAGATINTAS!....
CONCEJAL: No sé, nadie me dijo nada...
BELGRANO: ¿Entonces hicieron una transferencia, con qué
banco operan?
CONCEJAL (angustiado): Me confunde, le juro que no estoy
al tanto. Lo puedo comunicar con el secretario de finanzas de la intendencia si
usted quiere...
BELGRANO (dirigiéndose a los padres) ¡Atención batallón,
señoras, acérquense un momento, por favor! Aquí este secuaz de poder central
nos va a dar una lección de ciudadanía: ¿A ver, cagatintas, díganos cuál es su
cargo?
CONCEJAL: Concejal
BELGRANO: Sueldo
CONCEJAL: ¿Cómo dice?
BELGRANO: ¡SUELDO, DIETA, CUANTO COBRA!
CONCEJAL: Diez mil quinientos... m-más bonificación por
desarraigo, plus por pasajes y gastos reservados.
BELGRANO: ¡Diez mil quinientos más bonificación, plus y
gastos por no sé cuánto!... ¿Y qué hace?
CONCEJAL: No entiendo.
BELGRANO: ¿CUÁL ES SU TRABAJO, PARA QUE SIRVE, CARAJO?
CONCEJAL: A-asesoro
BELGRANO: ¿Asesora?... ¡Atención: mientras nosotros
dejamos la vida en sostener las
fronteras indecisas de la patria, sin pertrechos, sin comida, alejados de
nuestros afectos, acá nuestro heroico cagatintas asesora!
CONCEJAL: Lo que gano figura en mi declaración jurada,
General, le juro que...
BELGRANO: ¡Cállese!
Aquí está el enemigo más peligroso, señores, el enemigo de adentro, el
traidor a su pueblo, a su gente y a los principios sagrados de la Revolución...
PADRE A y PADRE B, se le van encima al CONCEJAL.
PADRE A: ¡Vendepatria!
PADRE B: ¡Corrupto! ¡Ladrón!
CONCEJAL: ¿Qué hacen? ¡Suéltenme!
BELGRANO: ¡Doscientos azotes y al calabozo!
SECRETARIA: ¡General, por favor!
BELGRANO: Está bien, está bien muchachos, es sólo un
ejercicio de improvisación, estoy buscando a los personajes. De todas formas
ustedes no atemorizarían ni a un paralítico (solemne) Igual, la patria tiene
hijos que sostendrán su causa y que primero perecerán a ver usurpados sus
derechos.
SECRETARIA (volviendo a entregarle el libreto): No hay
mucho tiempo ¿Por qué mejor no se concentra en sus parlamentos?
BELGRANO: ¡Déme eso!
BELGRANO se va aparte a estudiar la letra. PADRE A y
PADRE B, hablan entre sí y luego se acercan a la DIRECTORA, el CONCEJAL saca un
celular, marca nerviosamente. El diálogo
de los PADRES con la DIRECTORA y la comunicación irán a la par.
PADRE A: Qué quiere que le diga: así cualquiera. Él
después se va a ir lo más tranquilo pero nosotros tenemos que quedarnos.
PADRE B: ¡Más vale! Mi hijo seguro que va a empezar a
burlarse, últimamente la tiene contra mí, para colmo no se le puede decir nada
porque lo estamos mandando a terapia. ¡Va a ser un papelón del principio al
fin!
PADRE A: Yo me niego.
PADRE B: Yo también.
PADRE A: ¿Quién lo habla?
PADRE B: ¡Usted!
PADRE A: No mejor usted.
PADRE B: Tiremos una moneda
PADRE B tira una moneda y la abaraja.
PADRE B: Cara, perdió
El PADRE A encara a la DIRECTORA.
PADRE A: Señora, si nos permite, acá con el caballero
queríamos plantearle una preocupación.
PADRE B: Estamos contentos con la participación del
General Belgrano, pero con respecto a
las armas de la obrita...
DIRECTORA: ¿Qué hay?
PADRE B: Habrá notado que son de cartón.
PADRE A: Muy bien confeccionadas, por cierto...
DIRECTORA: ¡Abreviemos!
PADRE B: ¿Cómo decirlo? Si las comparamos con el sable
corvo del General Belgrano, ¿qué sucede?
DIRECTORA: No entiendo.
PADRE A: Que nuestros hijos van a estar mirándonos y con
espaditas de cartón estamos en inferioridad de condiciones.
PADRE B: ¡Que vamos a hacer un papelón, señora!
DIRECTORA: ¡ES UNA OBRA DE TEATRO, QUÉ PRETENDEN,
BAZUCAS, MISILES ANTITANQUES! ¡Qué locura es ésta! ¡Irene, por favor, hágase
cargo!
El CONCEJAL habla por el celular.
CONCEJAL: Hola, hola, Intendente... qué suerte que lo
encuentro... acá en la escuela...sí, traje las urnas... sí, pero escuche... no
sabe la sorpresa que le tengo... no, no lo va a creer... ¡Esto es portentoso,
extraordinario! Un verdadero milagro. La oportunidad que estábamos buscando.
Para que tenga una idea con esto el domingo ganamos de punta a punta... No,
véngase rajando...quiero que lo compruebe usted mismo...
BELGRANO (lee, de golpe da un salto) ¡Esto es un insulto!
¿Quién escribió esta bazofia? ¿Quién fue el autor de esta injuria? ¡Que se
reporte el autor de esta porquería, AHORA!...
PADRES (aterrorizados): ¡El autor, que venga el autor!
DIRECTORA: ¡El autor!
SECRETARIA: ¡Por favor, el autor!
De entre el público se para un hombrecito calvo, de
lentes.
PADRE A: ¿Usted es el autor?
AUTOR: S-sí. ¿Por?
SECRETARIA: ¡Venga!
DIRECTORA: ¡Suba, hombre, está sordo!
El AUTOR sube al escenario, lo empujan para que se
acerque a BELGRANO.
BELGRANO: ¿Usted escribió esto? ¡HABLE!
AUTOR: ¡Yo soy el autor... pero del texto original!
BELGRANO: ¿Qué quiere decir?
AUTOR: Que he dejado al actor la posibilidad de encontrar
s-su propia voz, mientras que mi labor se centra en la creación del todo
sistémico, integral. Digamos que e-en este sentido hay una ruptura de la
teatralidad reconocible para crear un nuevo tipo experiencia escénica.
BELGRANO: ¡Mire,
usted también está loco, siéntese! (enarbolando el libreto) Quiero saber, bajo tribunal de
guerra, quién escribió esta injuria. ¡¡¡QUIEN FUE!!!
Pausa en la que se escrutan unos a otros.
DIRECTORA: Fui yo.
BELGRANO: ¡Usted!... (camina en derredor de la DIRECTORA,
la examina) ¡Usted! A ver, querida señora, explíquenos cómo a un alto mando de
expertos jefes de caballería, oficiales fogueados, veteranos ilustres de las
Invasiones Inglesas, yo puedo arengarlos antes de la batalla diciéndoles: “La
patria confía en que sus hijos sostendrán la noble causa, por los sagrados
derechos de la libertad y la autodeterminación, la copa de leche, el aula de
computación y un nuevo equipo de luces para el salón de actos. ¡QUÉ ES ESTE
DISPARATE!
PADRE A: ¡Escandaloso!
MADRE C: ¡Qué vergüenza!
SECRETARIA: No sabe la crisis por la que están pasando
las escuelas bonaerenses.
BELGRANO: ¡CALLESE! A esta institución, según me
comentaron, concurre la nieta de Pacho O´Donnell. ¿Esto es correcto?
SECRETARIA: Es correcto.
BELGRANO: Díganme, entonces: ¿Cómo quedo yo ante la
historia si ponen en mi boca tales burradas? “¡El General Manuel Belgrano sintió
pánico antes de una batalla y empezó a delirar! ¡El General Manuel Belgrano se
droga!”
DIRECTORA: Tiene razón. Le pido disculpas.
CONCEJAL (interrumpiendo, aparatoso): Como dijo un
conocido constitucionalista: primero será la Revolución, el cambio del viejo y
viciado sistema por uno nuevo, y una vez instaurado, sí, llegará el turno de
los reclamos puntuales: mayor presupuesto, salud, arreglo de cloacas, alumbrado
y barrido. Justamente le comentaba al Intendente, hay un sinnúmero de cosas que
entre usted y nosotros podemos articular
para felicidad del pueblo de la Patria (le tiende el celular) El Intendente en
línea...
BELGRANO: ¿El Intendente? ¿Cayó el Triunvirato? ¿De qué
habla este carajo?
CONCEJAL: Juan Ignacio Castromán, Intendente de
Avellaneda.
BELGRANO (furioso, de un sablazo le hace volar el celular
de las manos): ¡BASTA!
De golpe una luz potente surge desde la platea, off de
voces, tumulto, flashes. BELGRANO queda anonadado.
OFF PERIODISTAS: ¡General, acá General, por favor, de
Crónica TV, de TN, General, una pregunta! ¡Por favor no empujen! ¡De Intrusos
en el espectáculo, Radio Continental, General, una sola pregunta!
PADRE B: ¡Fuera! ¡Salgan de acá!
DIRECTORA: ¿Quién les avisó? ¿Fue usted Amelia?
SECRETARIA: No
DIRECTORA: ¡Traidora!
SECRETARIA: ¡Se lo juro por mis hijos, señora!
OFF PERIODISTAS: ¿Tiene una hija no reconocida, General?
¿Es verdad su ruptura con San Martín? ¿Se postula para las próximas
elecciones?
PADRE A: ¡Váyanse! ¡Fuera!
DIRECTORA (al AUTOR): Entonces fue usted.
El AUTOR escudándose en el guión abierto.
AUTOR: ¡Para nada! ¡Lea, en el libro no hay ninguna
conferencia de prensa!
OFF PERIODISTAS: General, General, los realistas lo
acusan de bisexual, ¿qué puede decir al respecto?
La DIRECTORA se abalanza hacia la luz.
DIRECTORA: ¡Cierre la ventana, Amelia! ¡No hay
declaraciones, se van!
La luz y las voces se esfuman, BELGRANO se mantiene
estupefacto, intentan hacerlo reaccionar.
PADRE B: ¡General, General!
PADRE A: ¿Se siente bien?
SECRETARIA: Traigan una silla.
Lo sientan.
MADRE C: Son muchas emociones juntas.
SECRETARIA: Amelia, traiga algo fuerte.
MADRE A: Hay que llamar a un médico.
DIRECTORA: Le llega a pasar algo voy presa.
PADRE B: ¡No, no esperen!
BELGRANO comienza a hablar suavemente desde la silla como
si soñara, para ir subiendo gradualmente el tono hasta incorporarse sobre la
silla y concluir exaltado.
BELGRANO: Escucho el repicar de campanas, los vivas de la
plaza manifiestan algarabía, atronan tres salvas de artillería, en los
semblantes leo los sentimientos generosos con que la libertad dilata los
corazones ¿Dónde han quedado las rivalidades? ¿La incomprensión de los
serviles? ¡Es hora de sumar, señores! El que en su corazón haya jurado la libertad
de sus hermanos, el que observe con interés la suerte de los pueblos de
América, no puede menos que consagrarse al placer de este día. El Dios de la
victoria ha fortalecido los brazos de sus libertadores. ¡Huyan para siempre los
tiranos del suelo de los hombres libres, ya no tienen que esperar sino la justa
venganza de los que han hecho gemir por tantos siglos! ¡Rotas las cadenas con
que habíais aprisionado a la América, toda ella se confedera en vuestra ruina,
con los irascibles vínculos de la firmeza, la severidad y el castigo contra
cada enemigo de la justa causa revolucionaria!
Pausa. BELGRANO, con extrañeza, parece volver del sueño.
BELGRANO: ¿Qué pasa? ¿Por qué me miran así?
DIRECTORA: Estaba delirando.
PADRE A: Decía disparates. Hablaba pavadas, General. Nos
dio un susto.
SECRETARIA: ¿La conferencia de prensa, los periodistas,
no recuerda?
BELGRANO: ¿Qué periodistas? ¿Qué delirio? ¡Basta, todos
ustedes me tienen harto, me escucharon: HARTO! ¡ME VOY!
Entra DIAZ VELEZ.
DIAZ VELEZ: ¡General!
BELGRANO: ¡Díaz Vélez, por fin! ¿Por dónde entró?
DIAZ VELEZ: Por ahí...
BELGRANO (sorprendido): ¡Mire usted!
DIAZ VELEZ: Estamos un poco atrasados, General, hay
problemas con el abastecimiento de pertrechos, la tropa espera órdenes. ¿Quién
es toda esta gente?
BELGRANO: Es largo de explicar. Si no estuviéramos
apurados el deber me ordenaría fusilarlos en masa. ¡Vámonos!
SECRETARIA: ¡Pero General, no, espere!
BELGRANO: ¡A callar! ¡Manga de trastornados!
BELGRANO y DIAZ VELEZ salen por la derecha.
SECRETARIA: Es que por ahí no van a poder salir.
DIRECTORA: Hace treinta años que trabajo en esta escuela,
por ahí se va a la Portería (al AUTOR) ¡Usted que es el autor, diga algo!
AUTOR: No sé, e-estoy un poco confundido.
DIRECTORA: Se escuchan ruidos.
OFF PORTERA: ¡Ahhh! ¡Uhhhh!
MADRE B: ¿Qué es eso?
SECRETARIA (asomándose): Quieren salir por la despensa,
la portera se hizo fuerte en el pasillo y no los deja pasar.
OFF PORTERA: ¡Ahhh! ¡Uhhhh!
SECRETARIA: Les está tirando con las ollas.
MADRE C: ¡Esa mujer está loca!
Repentino silencio.
SECRETARIA: Se la llevan prisionera.
Pausa, se miran unos a otros, repentinamente deprimidos.
MADRE A (reaccionando): ¡General, lléveme!
PADRE A: ¿Magda, estás loca?
MADRE A: ¡Me voy con él, Félix, lo amo!
La MADRE A sale tras BELGRANO y DIAZ VELEZ.
PADRE A: ¡Magda, Magda!
SECRETARIA: ¡Qué papelón!
PADRE A: Siempre me hace lo mismo. Con el primero que se
le cruza. ¡Qué vergüenza!
PADRE B: No se aflija, por lo menos es con un prócer.
Pausa. Se empieza a escuchar una marcha.
PADRE B: ¿Y eso? ¿Escucha?
PADRE A: Sí. ¿Qué será?
PADRE B: No sé. Pero es muy pegadizo, yo de golpe siento
una cosa acá en el estómago. ¿La siente?
PADRE A: Sí, ¿qué será?
PADRE B: El llamado de la patria.
PADRE A: ¿Le parece?
PADRE B: Ajá. Y creo que sería una vergüenza no
escucharlo, quedarnos de brazos cruzados.
PADRE A: ¡Es verdad! Yo no estoy muy entrenado, además
soy insulino-dependiente, pero una voz interior me dice “animate, tenés una obligación
que cumplir”.
PADRE B: ¡Vamos!
La marcha crece, los PADRES van hasta el escenario,
agarran los birretes, las espaditas de cartón, improvisan una formación y
empiezan a salir marchando.
PADRE A: ‘Civilem protege pacem et salutem’ ¡Muerte a la
península!
PADRE B: ¡Valor, camarada!... ¿Servirá de algo ir con el
celular?
PADRE A: Por las dudas llévelo. ¿Qué batalla dijo el
General?
PADRE B: Vilcapugio, creo, o Ayohuma.
PADRE A: No, eso fue la Expedición al Paraguay.
PADRE B: La de la Expedición al Paraguay fue Campichuelo.
PADRE A: ¿O Cancha Rayada?
PADRE B: Ni cancha Rayada, ni Campichuelo. Es Paraguarí.
PADRE A: Paraguarí fue la del cruce de los Andes.
MADRE C (enjugándose las lágrimas con un pañuelo): ¡Bravo
patriotas! ¡Suerte! ¡Vayan con Dios!
Salen por el lugar equivocado, vuelven a entrar, siempre
marchando y empiezan a salir por la derecha.
DIRECTORA (al AUTOR): ¿Y usted, se queda ahí sentado, no
piensa ir?
AUTOR: Es que n-no sé si corresponde.
DIRECTORA (empujándolo): ¡Vamos, hombre! ¿No le corre
sangre por las venas? ¡Estos intelectuales, no sirven ni para espiar!
El AUTOR se suma a la formación que sale. Pausa. La
SECRETARIA y LA DIRECTORA observan al CONCEJAL, que se incomoda.
CONCEJAL: Si no fuera que asuntos igualmente
trascendentes me retienen...
DIRECTORA: ¡Sí, justo!
CONCEJAL (con nerviosismo): ¡Salud, salud, patriotas!
¡Con cuanto orgullo los contemplo! Como dijo un conocido constitucionalista:
actitudes como éstas, proyectan el perfil de gloria del destino americano.
Sigue la marcha hasta perderse. Lento apagón, canto de
grillos de fondo.
OFF PORTERA: ¡Mmmmm! ¡Mmmm!
OFF DIAZ VELEZ: Los hombres, esperan sus órdenes. Están
algo inquietos...
OFF BELGRANO: ¡No es para menos!
OFF PORTERA: ¡Mmmmmm!
OFF BELGRANO: Ajústele la mordaza a esa piantada, y
cuando lleguemos me la destina a la cocina de la tropa.
OFF DIAZ VELEZ: ¡Qué gente rara, General! ¿Eran naturales
del lugar?
OFF BELGRANO: No lo sé. Lo que me saca de quicio es
pensar que ocupan el territorio que tanta sangre nos está costando defender.
¡Se toman la Revolución a la chacota!
Se escuchan voces a la distancia.
VOCES: ¡Espere! ¡No nos abandone, General! ¡Vamos con
usted!
OFF DIAZ VELEZ: ¿Escucha?
OFF BELGRANO: Sí, escucho. Son esos locos. ¡Vamos a toda
marcha, Díaz Vélez! ¡Acelere, acelere! ¿Qué le pasa?
OFF DIAZ VELEZ: Que no sé cómo General, flotamos en el
éter.
OFF BELGRANO: ¡Si le digo a toda marcha, es a toda
marcha! ¡No sé, mueva los brazos, reme! ¡ES UNA ORDEN!
OFF DIAZ VELEZ: ¡Voy! ¡Voy!
VOCES (a la distancia): ¡Espere! ¡No me abandones, mi
amor! ¡Muerte al hispano! ¡No nos abandone! ¡Revolución! ¡Espereee!
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